Hoy a las 17 horas comienza la discusión del proyecto de aborto terapéutico en la comisión de salud de la Cámara de Diputados. La instancia contará con la participación de las ministras Carmen Castillo de Salud; del Sernam, Claudia Pascual; y de la Secretaría General de la Presidencia, Ximena Rincón; además del ministro de Justicia, José Antonio Gómez.
Cabe recordar que el proyecto del Gobierno, despenaliza el aborto terapéutico en tres causales; inviabilidad de vida del feto, riesgo de vida de la madre y en caso de violación. Tras el envió del proyecto a fines de enero por parte del Ejecutivo, la polémica comenzó primero con las reacciones de algunos representantes de establecimientos de salud, quienes manifestaron su negativa a realizar la intervención. En relación a ello, se habló de la objeción de consciencia personal de los médicos e incluso institucional. Por otra parte, sectores más conservadores de la Democracia Cristiana anunciaron sacar del partido a quienes estén a favor del proyecto.
A pesar de la campaña del terror de estos sectores conservadores, el proyecto debe avanzar en pos de dar respuesta a las mujeres que fallecen producto de embarazos peligrosos, que llevan en sus vientres fetos que no son compatibles con la vida porque incluso algunos no tienen forma ni caracteristicas humanas, que las empujan a ver de cerca la muerte en complicidad con el Estado de Chile que se presta a atender a las mujeres solo cuando están en riesgo vital y por dar respuesta a las niñas y jóvenes que a diario son violadas y producto de esos vejámenes quedan embarazadas sin siquiera pedirlo, sin estar preparadas y peor aún embarazadas de algún familiar.
Como hemos señalado en otras oportunidades, desde las agrupaciones feministas la demanda es devolver un derecho que tuvimos hasta fines de los ochenta y que dictadura nos robó justo antes de que volviera la democracia. Más allá de enfrascarse en discusiones sobre si es o no la puerta de entrada al aborto total, o si es un avance insignificante que no considera a otras mujeres que mueren producto de abortos hechos en condiciones deplorables y peligrosas, este proyecto viene a dar respuesta a mujeres que en muchos casos sí querían ser madres pero el embarazo no llega a término, el feto no es compatible o en el caso de las mujeres violadas, viene a terminar con la tortura de obligarlas a hacerse cargo de un embarazo que no programaron y que es producto de un acto sexual no consentido, el peor acto de violencia que una mujer puede sufrir, que la marca por el resto de su vida, y que sin embargo ocurre a diario en el país.
Sin duda, a partir de hoy el debate se ampliará y la discusión no será desde todos los sectores con altura de miras, las partes conservadoras harán caer su peso y los políticos intentarán defender sus verdades. Lo cierto, es que la tramitación comienza esta tarde y se espera que este año el proyecto se convierta en ley.
La ministra de salud Carmen Castillo será la encargada de negociar con los políticos y defender la iniciativa del Gobierno. Castillo ha insistido que en el proyecto «nadie está obligando al aborto, pero es una decisión de un país laico, esa es la diferencia, hay que legislar para el país y la decisión hay que discutirla entre todos». «El que una niña tenga un embarazo por una violación, es un tema muy sensible, una carga emocional muy grande. Si es violada por su padre, queda marcada de por vida. Son madres de alto riesgo que muchas veces rechazan a este niño ¿Y cómo continuar una vida teniendo un entorno tan violento para ellas? ¿Cómo recuperar el sentido de lo que significa la vida? Incluso puede llegar al suicidio, están todos los extremos, entonces hay que estar muy atentos. Una niña embarazada que tiene temor a declarar que la violó un tío, puede llegar al suicidio».
De manera que el debate se intensificará a partir de esta jornada y quedaremos atentas al trabajo de los legisladores, pues ante el escenario político quienes debemos fiscalizar sus labores somos los ciudadanos.