Detenciones de drogas se concentran en usuarios

Prosigue el errado enfoque y los malos resultados de la política de drogas que se mantiene en Chile


Autor: Mauricio Becerra

Prosigue el errado enfoque y los malos resultados de la política de drogas que se mantiene en Chile. Según cifras del Ministerio del Interior, durante el primer trimestre de este año, pese a aumentar el número de detenidos (un 85,9% respecto del año anterior), se redujo en un 2,7% las sustancias incautadas respecto al mismo periodo de 2008. Es decir, las policías se siguen enfocando en el muchacho que fuma un pito en la plaza, en el que porta un papelillo de cocaína antes de entrar a una disco, en vez de los grandes narcos.

El informe fue dado a conocer por el Ministerio del Interior, en el que se detalla que entre enero y marzo fueron arrestadas 11.950 personas. Un 59% de todas ellas fueron detenidos por porte, un 23% por tráfico de drogas y un 18% por consumo.

La cantidad de procedimientos se incrementó un 84,7%. Si en el primer trimestre del 2008 fueron 4.612, este año se registraron 8.520 en el mismo periodo.

Claro que esto no significa que la policía salió a cazar a traficantes ni grandes narcos, lo que se evidencia en que pese al amplio aumento en las detenciones, la incautación de sustancias declaradas ilícitas descendió un 2,7%.

La sustancia que tuvo un descenso mayor en cantidad de incautación es la pasta base, cuyo decomiso sumó 889,51 kilos, un 59,2% menos que el año anterior.

Igual cosa sucedió con la cocaína. Se incautaron 639,99 kilos, 2,7% por debajo de lo de hace un año,

Con la marihuana si hubo incremento. El decomiso de plantas aumentó 34,1% y l de cannabis procesada un 149%, alcanzando las 2,9 toneladas.


DETENCIONES INÚTILES

El subsecretario del Interior, Patricio Rosende, argumentó que el aumento de detenciones se produjo porque su departamento se ha «propuesto desarrollar una campaña fuerte de control de microtráfico, y eso explica el aumento de procedimientos y de detenciones, pero la menor incautación».

Claro que a juicio de Nicolás Espinoza, de Movimental, “las cifras son un reflejo de lo que persiguen las actuales políticas de drogas, que es la represión del consumo y  desincentivarlo con el uso con sanciones penales”.

Pedro Mendoza, abogado de la revista Cáñamo, sostiene que las cifras sólo dan cuenta del mal enfoque de la política punitiva “Si el objetivo es reducir la oferta, se incauto menos. En cambio, se detuvo  a más personas sin antecedentes penales”.

Espinoza agrega que “si las estadísticas de Conace dicen que el 70% de las operaciones son por el delito flagrante de porte y consumo, se estaría deteniendo a una persona cada 2 horas. Tanta gente que debe pasar por el proceso penal por el solo hecho de consumir una sustancia es dinero fiscal botado y pérdida de tiempo de los agentes punitivos”.

Además para Espinoza, los detenidos por porte y consumo de drogas pasan por un sistema altamente criminalizador. “Si en la práctica se buscaba desincentivar el microtráfico, se terminó por criminalizar a los usuarios de drogas”- sentencia Espinoza.

Espinoza agrega que esto “demuestra que no se busca acabar con grandes mafias, sino que corresponde a un tema moral”.

El abogado también acusa que “la policía aumenta las dosis si se revisa el total de drogas incautadas. Creo que es necesario pedir a las policías mayor focalización y selectividad”.


EXPERIENCIA ARGENTINA

A diferencia de Chile, en donde las autoridades defienden que se incaute menos droga y que se detenga a más personas, en Argentina tal situación es la base de una modificación a la ley que planea el Ejecutivo por significar altos gastos para el aparato el andar persiguiendo consumidores.

Recientemente la Asociación Civil Intercambios presentó un estudio que analizó la aplicación de la ley 23.737 desde su sanción hasta 2006, de la que concluye que el perfil de los detenidos es ser gente joven, con tenencias menores a 5 gramos y sin armas de fuego.

En Argentina, el 87% de los casos se inician por tenencia de hasta 5 gramos de marihuana o cocaína incautada a varones jóvenes de entre 20 y 30 años de edad en la vía pública.

Las conclusiones del estudio detallan que “no se combate al narcotráfico sino los pequeños ilegalismos. Mientras desde el plano discursivo se sostiene que se “combate al narcotráfico”, la respuesta institucional opera sobre los eslabones más débiles (consumidores, pequeñas conductas de tráfico), lo que produce una “ilusión” represiva”.

El Ciudadano


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