La conclusión surgió comparando los datos entre Estados que no autorizan el cannabis para fines médicos y los que sí lo hacen. “El uso excesivo de analgésicos y de muertes debidas a sobredosis ha emergido como una crisis de salud pública nacional”, señala Coleen L. Barry, líder de la investigación. “A medida que aumenta nuestro conocimiento de los riesgos de la adicción y la sobredosis asociadas al uso de analgésicos opiáceos como Oxycontin y Vicodina, los pacientes con dolores crónicos y sus médicos pueden optar por el tratamiento del dolor totalmente o en parte con marihuana médica en los Estados donde es legal”.
La investigación, basada en datos compilados por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) entre 1999 y 2010, salió publica en la revista Jama Internal Medicine. En EE UU, son tres los Estados que han legalizado el uso terapéutico de la marihuana antes de 1999: California, Oregon y Washington; otros diez lo hicieron antes de 2010 y otra decena más ha adoptado la medida desde entonces.
“En términos absolutos, los Estados con leyes de marihuana médica tuvieron unas 1700 muertes menos por sobredosis de analgésicos opiáceos en 2010 de lo que se esperaría según las tendencias antes de que se aprobase la legislación”, señala Marcus Bachhuber, investigador de la Universidad de Pensilvania y líder del equipo que ha realizado el estudio. Aproximadamente el 60% de las muertes por sobredosis de analgésicos opiáceos se producen en pacientes con recetas legítimas, dado que son medicamentos de venta en farmacias.
La marihuana se autoriza para pacientes con dolores crónicos o agudos, producidos por enfermedades como el cáncer o la esclerosis múltiple. El cannabis, al parecer, tiene propiedades analgésicas y ayuda a aliviar las náuseas y a mejorar el apetito. Además, puede ser útil para reducir las dosis de analgésicos opiáceos en los pacientes que los toman contra el dolor. Datos a tener en cuenta, pensando en la mejor calidad de vida de los pacientes en todas partes.
Fuente: Buen Diario