Un estudio sugiere que el lugar donde vives y el aire que respiras puede afectar a la forma en que se desarrolla tu cerebro
El cerebro de los niños que se exponen a altos niveles de contaminación atmosférica en la primera infancia puede sufrir graves daños y un desarrollo inadecuado, según un estudio del Centro Médico del Hospital de Niños de Cincinnati publicado en la revista PLOS One.
De acuerdo con los resultados de la investigación, los menores con niveles más altos de exposición a contaminación al nacer tuvieron reducciones a la edad de 12 años en el volumen de materia gris y el grosor cortical, en comparación con los niños con niveles más bajos de exposición.
Travis Beckwith, investigador de Hospital de Niños de Cincinnati y autor principal del estudio, explicó que aunque los resultados son exploratorios, «sugieren que el lugar donde vives y el aire que respiras puede afectar la forma en que se desarrolla tu cerebro».
«Aunque el porcentaje de pérdida es mucho menor de lo que podría verse en un estado de enfermedad degenerativa, esta pérdida puede ser suficiente para influir en el desarrollo de varios procesos físicos y mentales (…) Si la exposición temprana a la contaminación del tráfico daña irreversiblemente el desarrollo del cerebro, las consecuencias estructurales podrían persistir independientemente del punto de tiempo para un examen posterior», advirtió.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), todos los días, cerca del 93 % de los niños del mundo menores de 15 años respiran aire tan contaminado que pone en grave peligro su salud y su crecimiento.
En un informe, advirtieron que la exposición al aire contaminado puede dar lugar a que las embarazadas den a luz prematuramente y a que los recién nacidos sean más pequeños y de bajo peso.
«Esta contaminación afecta el desarrollo neurológico y la capacidad cognitiva de los niños y puede causarles asma y cáncer. Los menores que han estado expuestos a altos niveles de contaminación del aire corren también más riesgo de contraer afecciones crónicas, como las enfermedades cardiovasculares, en etapas posteriores de su vida», explicaron en su página web.
Finalmente, indicaron que una de las razones por las que los niños sufren más los efectos de la contaminación del aire es porque al respirar más rápido que los adultos absorben más contaminantes. Además, viven más cerca del suelo, donde algunos contaminantes alcanzan concentraciones máximas, en un momento en que su cuerpo y su cerebro aún se están desarrollando.
Fuentes: Europa Press, OMS.