Unos niños observan un cartel que advierte del peligro del ébola en Abidjan, Costa de Marfil.AFP
El brote del virus del ébola detectado el domingo en la República Democrática del Congo (RDC) es nuevo y distinto del que azota África Occidental, según el ministro de Salud del país centroafricano, Felix Kabange Numbi.
«La epidemia en la RDC no tiene ninguna relación con la de África Occidental», ha sostenido Kabange en una reunión con los embajadores acreditados en Kinshasa, citando los análisis efectuados en el Instituto Nacional de Investigación Biomédica de la capital congoleña, que han detectado la cepa sudanesa del virus en uno de los dos casos investigados, mientras que en el otro se trata de una mezcla entre las cepas sudanesa y zaireña (esta última, la más letal).
Según Kabange, la epidemia de Congo es el séptimo brote de ébola que surge en el país. El último de ellos se produjo en la misma provincia donde se ha detectado ahora, Equateur, en el noroeste del país. Kabange ha recordado las carencias de infraestructura de la zona, entre ellas la falta de agua, y ha puesto a sus 50.000 habitantes en cuarentena.
El Gobierno confía en la experiencia acumulada tras las epidemias pasadas para contener la expansión del virus y ha pedido apoyo cerca de 3,5 millones de euros de ayuda internacional para hacerle frente. Las autoridades han pedido calma a la población y han recomendado respetar las medidas de higiene que se comuniquen. Según el último recuento, el brote de Congo se ha cobrado ya 70 vidas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado el envío de equipo de protección para el personal sanitario de Congo. «El Ministerio de Sanidad (congoleño) ha declarado una epidemia y estamos tratándolo como tal», ha señalado un portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic.
La RDC es el primer país del continente fuera de África Occidental en anunciar casos de la enfermedad desde que el pasado mes de marzo surgiera un brote en Guinea Conakry que ha causado la muerte de 1.427 personas.
El ébola, que se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados, causa hemorragias graves y puede tener una tasa de mortalidad del 90%. Este brote es el primero que se identifica en África Occidental, pues hasta ahora siempre se habían producido en África Central, donde se encuentra la RDC.