Con el código QD85 ingresó, por primera vez, el desgaste profesional o «burn-out» a la lista de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta nueva patología se incorporó a la sección de “problemas asociados” al empleo o al desempleo y, por ende, “se refiere específicamente a fenómenos relativos al contexto profesional y no debe utilizarse para describir experiencias en otros ámbitos de la vida”.
Tarik Jasarevic, un portavoz de la OMS, explicó a los periodistas que «es la primera vez» que se incluye este fenómeno en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la organización.
La OMS lo describe como “un síndrome […] resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito” y que se caracteriza por tres elementos: “una sensación de agotamiento”, “cinismo o sentimientos negativos relacionados con su trabajo” y una “eficacia profesional reducida”, reseñó AFP.
La nueva lista que adoptaron los Estados miembros de la OMS, en la Asamblea Anual el 20 de mayo en Ginebra, se basa en las conclusiones de expertos médicos de todo el mundo.
En marzo de este año, Jeffrey Pfeffer, profesor de la Escuela de Postgrado de Negocios de la Universidad de Stanford y autor o coautor de 15 libros en el campo de la teoría organizacional y el manejo de recursos humanos, dijo a BBC Mundo que «el trabajo está matando a la gente y a nadie le importa».
A esa conclusión llegó tras las investigaciones que ha desarrollado durante décadas, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Las mismas en las que descubrió que «el sistema de trabajo actual enferma e incluso termina con la vida de las personas».
Uno de los casos que menciona en su libro Muriendo por un salario (Dying for a paycheck, en inglés), es el de Kenji Hamada, un hombre de 42 años que murió de un ataque al corazón en su escritorio en Tokio, refirió BBC Mundo.
Hamada trabajaba 75 horas a la semana y demoraba cerca de dos horas en llegar a la oficina. Justo antes de su muerte, había trabajado 40 días seguidos sin parar y su viuda declaró que Kenji estaba excesivamente estresado.