El miércoles 19 de enero el vocero presidencial, Jesús Ramírez, anunció el relanzamiento de la campaña para “prevenir las adicciones” que se centraría en advertir sobre los efectos del consumo de drogas y, también, de videojuegos.
Ante la enumeración de acciones realizadas en los últimos años una reportera le preguntó por la “reducción de la demanda” lograda con estas iniciativas. Y Ramírez no fue capaz de contestar. Habló sobre la red de apoyo establecida por la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) y sobre revisiones en anexos, los centros de rehabilitación irregulares, pero eludió dar cifras sobre demanda o consumo. No pudo ofrecerlas porque no existen.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha renunciado a reeditar la encuesta sobre uso de drogas y tampoco tiene previsto elaborarlos en un futuro próximo, a pesar de que este año debía haberse realizado la Encuesta Nacional de Adicciones (Encodat). Este estudio se realiza cada cinco años aproximadamente desde 1998, aunque depende de la voluntad del gobierno.
El último Encodat se publicó en 2017 con datos de un año antes. Se trata de un cuestionario que sirve para conocer las tendencias de la población en uso de alcohol, tabaco y estupefacientes. La Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), confirmó que no tiene previsto reeditar este informe “en un futuro próximo” y argumentó razones presupuestales: una encuesta de estas características cuesta aproximadamente 150 mdp, por lo que no es compatible con las políticas de austeridad promovidas por el presidente López Obrador.
Es decir, que los últimos datos sobre uso de alcohol, tabaco, mariguana, cocaína u otro tipo de sustancias fueron recabados hace seis años. En este tiempo han ocurrido hechos importantes. Por ejemplo, las iniciativas para la regulación del cannabis, todavía en trámite legislativo. Además, existen fenómenos que se han desarrollado como la proliferación del fentanilo, que en EU ya mata a más de 100 mil personas al año, o la expansión del uso de la metanfetamina, especialmente en estados con presencia del crimen organizado como Baja California, Michoacán o Guanajuato.
“Conocer los datos es importante”
En opinión de expertos que trabajan en el ámbito de la reducción de riesgos, renunciar a disponer de datos actualizados dificulta la posibilidad de poner en marcha políticas que aborden la problemática con base en los hechos. “Conocer los datos y la prevalencia del consumo de sustancias es sumamente importante. Son datos que no solo requerimos para diseñar políticas públicas sino que tenemos que estar emitiendo a las instancias internacionales para que ellos puedan hacer sus estimaciones a nivel global”, dijo Zara Snapp, fundadora del Instituto RIA, una ONG que promueve políticas sobre drogas basadas en la justicia social.
En opinión de Angélica Ospina, catedrática del Conacyt adscrita al programa de Política de Drogas del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), ante la falta de datos objetivos con los que trabajar políticas públicas se deja espacio al “prejuicio y la ideología”. “Me parece grave que se desestime un instrumento como este, con todas sus limitaciones”, dijo Ospina.
“La utilidad tiene que ver con dinámicas de uso de droga. En Colombia se hace y se diferencia el consumo problemático del no problemático. En México es muy importante por el debate sobre la regularización del cannabis”, explicó Adriana Muro, de la ONG Documenta. “Las dinámicas están cambiando. En el norte, por la presencia del fentanilo. El cristal se está posicionando en el centro del país y tiene que ver con la presencia del crimen organizado. No es lo mismo tratar el cristal que la cocaína o el cannabis”, dijo.
Para Conadic, aunque no se vaya a elaborar la encuesta, hay herramientas que sirven para medir la prevalencia del uso de drogas, como los estudios estatales, la información que proporcionan la secretaría de Seguridad Pública o la Fiscalía General de la República (FGR), la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ESANUT). A “mediano plazo”, sin embargo, podría realizarse la Encodat nuevamente.
“Discurso estigmatizante”
La política sobre drogas del gobierno de López Obrador arrancó con la promesa de abandonar la perspectiva de seguridad y sustituirla por una de salud pública. Para ello, puso al frente de Conadic al doctor Gady Zadicky, un reconocido psiquiatra con amplia trayectoria en programas de reducción de riesgos. Sin embargo, el mensaje que mantiene el gobierno es, a juicio de los expertos, “estigmatizante”. “Se dijo que se iba a cambiar la narrativa pero se mantiene la misma. Parece que quieran seguir vendiendo la militarización y el control”, dijo Angélica Ospina.
Durante este sexenio se está desarrollando el debate sobre la legalización del cannabis. En opinión de Ospina, la encuesta serviría para poner a prueba los discursos que dicen que la regularización de la planta provoca un incremento en su consumo.
“El gobierno empieza a decir cosas sin poder saber si lo que dice es correcto. Sobre el fentanilo solo tenemos los datos de laboratorios o incautaciones, pero no tenemos información acerca del consumo. ¿El uso del cristal ha aumentado? ¿Cuánto? ¿En qué estados?” se pregunta Zara Snapp. En opinión de la activista, la administración no ha camibado de línea de actuación y no ofrece “servicios de reducción de daños” para quien desarrolla un consumo no problemático, mientras que la oferta es “muy pobre” en los casos con uso problemático.
Animal Político recorrió diversos anexos de Guanajuato para la realización de un especial que dejó patente el abandono de estos centros, que subsisten bajo amenaza de los grupos del narcotráfico. Jesús Ramírez aseguró que se estaban revisando los locales. El medio consultó a su oficina sobre cuáles eran estos trabajos y dónde se habían realizado pero no recibió respuesta.
“Sin conocer datos vamos a seguir perpetuando los estereotipos y reportando que el consumo es el mismo cada año”, dijo Snapp, quien señaló que, como alternativa al Encodat, se está realizando la encuesta del Global Drug Survey, a la que puede sumarse cualquier persona que en el último año haya tomado alcohol, mariguana o cualquier otra droga y que puede consultarse aquí.
Según los datos de 2016, el 10.2% de los mexicanos había consumido alguna droga en su vida. Esta cifra se reduce hasta el 2,9% si se pregunta por el último año y 1.5% en el último mes. Sin embargo, apenas el 0.6% presentaba dependencia de alguna sustancia ilegal. El 8.5% de los encuestados fumó mariguana en alguna ocasión en su vida y el 3.5% probó la cocaína.
Con información de Animal Político