Cuando veas las fotos no podrás creer lo que ha pasado con la Cajita Feliz que Jennifer Lovdahl, una especialista en nutrición originaria de Alaska, compró en McDonald’s hace ya seis años.
La Cajita Feliz la tiene en su consultorio para que todos sus pacientes la vean, y la finalidad es mostrar lo químicamente que está procesada y lo dañino que puede ser para el organismo humano ¿Pueden creer que esta cajita se haya comprado en 2010? ¡Es un reliquia! Y que de haber sido 100 por ciento natural hubiese sido tirada a la basura una semana después de haberla comprado.
“Han pasado 6 años desde que compré esta Cajita Feliz en McDonald’s. Ha estado en nuestra oficina todo este tiempo, ¡no se ha podrido, no ha perdido la forma y no se ha descompuesto en lo absoluto! Solo huele a cartón. Hicimos este experimento para mostrar a nuestros pacientes lo poco saludable que es esta ‘comida’. ¡Especialmente para nuestros hijos en crecimiento! ¡Esta comida contiene muchos químicos! Elige comida real: manzanas, bananas, zanahorias, apio… estas son las verdaderas comidas rápidas”.
Esta especialista en nutrición quiso demostrar a sus pacientes lo malo que es consumir comidas rápidas de una forma realmente única, que no deja de impactar a todo aquel que haya visto la imagen. Lo recomendable para esta mujer es adquirir hábitos sanos en la alimentación e incluir frutas, verduras y carnes de procedencia 100 por ciento natural.
Incluso, la caja pareciera tener un mayor grado de descomposición que la propia comida que se compró por solo 3 dólares.
En Estados Unidos, el 40% de los niños entre 2 y 11 años piden a sus padres que los lleven a McDonald’s al menos una vez a la semana. En un reporte de Technomic de 2009 sobre las tendencias de consumo en los niños de Estados Unidos, el 37% dijo que es su restaurante favorito.
Es por eso que Jennifer busca hacer conciencia en los padres de estos niños para que no afecten su sano desarrollo. Aún así, ¿te sigue encantando la comida rápida de McDonald’s?
Vía: Recreoviral