Casi 300 niños que dan a luz durante el año, mueren durante el parto o poco después de nacer, además de otros 1200 que acaban con daños cerebrales o con serios problemas de salud. “Estas muertes se deben a diversas causas. Con las unidades de maternidad saturadas intentando cubrir los altos índices de natalidad de los últimos 10 años y un recorte en el numero de matronas y médicos, es legítimo preguntarse si esta presión sobre los recursos está contribuyendo a provocar estas trágicas cifras”.
Richmond aseguró que el elevado número de abortos espontáneos, casi 4 mil al año y unos 10 al día, son evitables. De las 144 muertes de recién nacidos que murieron durante 2009 (último año del que se tiene registro), además de otros 134 que murieron en el plazo de una semana a pesar de no tener ninguna anomalía congénita.
El incremento del 22% de nacimientos durante la última década, trajo como consecuencia una saturación de las unidades de maternidad, debido a que el número de matronas y doctores no se incrementaron de una forma acorde. Las salas de parto tienen que arreglársela con un escaso número de matronas y 800 especialistas menos, necesarios para un servicio de 24 horas en las 62 unidades, que atienden alrededor 5 mil partos complicados al año.
“Si se necesita a un especialista ahí a las tres de la tarde, porque no es igualmente importante tenerlo ahí a las tres de la mañana, pero la situación financiera del Servicio Nacional de Salud no ofrecía la posibilidad de incrementar el número de especialistas de 2200 a 300 idealmente”, aseguró el doctor Richmond.
También advirtió que es necesario reducir la tasa de partos complicados, que con frecuencia dejan al recién nacido temporalmente sin oxigeno. Los bebes que sufren de hipoxia severa, se enfrentan a un alto riesgo de daño cerebral y a una profunda minusvalía de por vida. Cada uno de estos casos pueden suponer millones en indemnizaciones para el Servicio Nacional de Salud, además de gastos sanitarios de por vida que suponen los cuidados de un niño en estas condiciones.