Jack Chapman, australiano de 28 años quien residía en Seattle, EE. UU., falleció por el síndrome de inyección de silicona, luego de llenar sus testículos con el material sintético para cumplir con un fetiche sexual.
El hombre quien era conocido en su comunidad como Tank Hafertepen, había decidido llenar sus partes íntimas como parte de un fetiche sexual que practicaba, que le provocó la muerte por intoxicación.
Los médicos escribieron en el certificado “Síndrome de inyección de silicona”, que ya ha provocado cuatro muertes, todas relacionadas con problemas pulmonares.
La inyección del polímero en los genitales, ocasionaron que Chapman incrementase el volumen de sus partes íntimas, sin embargo los efectos secundarios que presentaba el hombre, eran hinchazón anormal y distorsión de la forma del pene.
En varios países las inyecciones de los polímeros han sido prohibidas, sin embargo en Seatlle ya se han reportado varios fallecimientos debido a la inyección del material tóxico en las nalgas.
El fallecido sostenía una relación con el blogger Dylan Hafertepen, de quien tomó su apellido y según la madre de Tank, Linda Chapman, fue su pareja quien lo llevó al extremo de usar las inyecciones. La madre culpa a Hafertepen de la muerte de su hijo.
Semanas antes de morir, Tank firmó un testamento donde dejaba todas sus pertenencias a Dylan.
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