¿Hace mal comer alimentos quemados?

Dejamos el pan en la tostadora y vamos al baño… La comida en un cazo y nos ponemos a chequear el correo electrónico… La carne al fuego y justo suena el móvil


Autor: B GS

Dejamos el pan en la tostadora y vamos al baño… La comida en un cazo y nos ponemos a chequear el correo electrónico… La carne al fuego y justo suena el móvil.

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Cuando regresamos a la cocina nos damos cuenta de que ¡se nos ha quemado! Entonces pensamos en quitarle lo negro y problema resuelto.

Este hábito que aparentemente es tan inocente podría causar algunos inconvenientes en nuestra salud. ¿Te gustaría saber si hace mal comer alimentos quemados? En este artículo te lo contamos.

Alimentos quemados, ¿alimentos perjudiciales?

Solemos preocuparnos por lo que comemos y tratamos de llevar una dieta saludable, sobre todo si deseamos bajar de peso o el médico nos ha dado un ultimátum para que dejemos los alimentos que nos perjudican.

Muchas veces hacemos lo posible por seguir al pie de la letra las indicaciones pero, sin saberlo, consumimos los platillos de una forma incorrecta.

Esto es lo que sucede cuando ingerimos algo que se ha quemado demasiado. No estamos hablando solamente de que se nos tueste por descuido sino también (y sobre todo) si elegimos que los alimentos estén casi carbonizados o rostizados.

A muchas personas les gusta esta opción porque considera que así está todo bien cocido.

Alimentos quemados

Además se cree que de esta manera se sacan a relucir todos los matices y sabores de los ingredientes. Sin embargo, debemos preguntarnos si eso es bueno para nuestra salud o no.

Diversos estudios indican, por ejemplo, que una pieza de carne quemada aporta sustancias que no pueden tildarse de “beneficiosas” sino, más bien, todo lo contrario.

 

¿Qué sucede cuando se quema la comida?

En el ránking de maneras de preparar nuestros platillos, sin dudas, comerlos crudos está encima de todas las demás y es la más aconsejable. Pero no siempre se puede cumplir con esto.

En segundo lugar de mejores opciones está el vapor, en tercero a la plancha y el cuarto el hervido.

También contamos con otras alternativas como la fritura (que no es aconsejable por las grasas que aporta).

La comida cocida demasiado (es decir, quemada) está en el último escalón, sin importar qué método de cocción empleemos.

Cuando se calienta demasiado un alimento y este se quema aumentamos el dióxido de carbono y una gran cantidad de toxinas que hay en su composición.

Todo ello ingresa a nuestro organismo y puede causar trastornos a corto, mediano y largo plazo. Claro, porque estas sustancias tienen efecto acumulativo que, de a poco, va empeorando el funcionamiento del cuerpo.

Si hablamos a nivel digestivo consumir comida quemada no es recomendable. Los componentes que estamos añadiendo son difíciles de digerir y ralentizan los procesos estomacales e intestinales.

Qué sucede cuando se quema la comida

Por otra parte, el exceso de estas toxinas quemadas tiene efectos negativos en las células y aumenta el desarrollo y proliferación de diversas enfermedades. Se cree, por ejemplo, que tienen incidencia directa en la formación de ciertos cánceres.

Quemar carnes y sus consecuencias

Más allá de nuestros gustos particulares, cuando hacemos una barbacoa o carne a la plancha debemos tener mucho cuidado con las temperaturas que alcanza la comida.

Cuando los alimentos superan los 250 °C dejan de ser naturales. Como la superficie de los alimentos de origen animal tienen grasa el calor los hace aún más perjudiciales.

Una cuestión que debemos tener en cuenta cuando cocinamos con barbacoa es que los alimentos están en contacto directo con las llamas y el fuego.

Esto puede ocasionar la formación de ciertas sustancias nocivas como, por ejemplo, el benzopireno y el dibenxoantraceno que tienen capacidades mutagénicas. O sea que pueden ocasionar cambios en el ADN de la persona.

Es necesario evitar entonces que la comida tome contacto directo con la llama y, en lugar de ello, cocinar con el calor de la brasas.

Los hidrocarburos se forman cuando tanto los jugos y las grasas de la carne caen sobre el fuego. Cuanto mayor sea la cantidad de grasa de la pieza y el fuego a la que se la somete más alta será la presencia de estos elementos.

Comida

Por otra parte, los alimentos ricos en hidratos de carbono como son las carnes o las patatas generan lo que se conoce como “reacción de Maillard” debido al exceso de calor. Las sustancias químicas que se forman pueden ser nocivas para la salud si la comida se quema o empieza a tostarse.

Las sustancias tóxicas que se van formando al quemarse los alimentos van “pasando” al interior de la carne y, aunque quitemos la capa carbonizada, el daño ya es irreversible.

Si, por ejemplo, freímos la comida de manera excesiva transformamos los nutrientes dejándolos prácticamente nulos. Esto quiere decir que aunque comamos y comamos no estaremos aportando nada bueno al organismo (sino todo lo contrario).

¿Qué sucede con las masas quemadas?

Es verdad que a casi nadie le gusta comer una galleta o una pizza quemada pero, a veces, no tenemos ganas de cocinar otra cosa y terminamos consumiéndolas. Cuando un alimento se somete al horneado a altas temperaturas empiezan a desarrollarse diferentes reacciones.

Carbono

En el caso de las mezclas que tienen azúcar y se cocinan a más de 180 °C un aminoácido llamado asparagina se descompone y da como resultado otros subproductos como, por ejemplo, la acrilamida, conocida como “posible cancerígeno”.

 

Es entonces necesario que la comida no sobrepase los 140 °C para que no pierda todos sus nutrientes y, al mismo tiempo, se evite el desarrollo de sustancias tóxicas si los alimentos se queman.

 

Fuente: Mejoconsalud


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