«Unas minas de uranio abandonadas [en las inmediaciones de la aldea] que fueron cerradas hace algún tiempo en ocasiones concentran monóxido de carbono. En consecuencia, [esto da lugar a] la reducción de oxígeno en el aire, lo cual ha sido la verdadera causa de ‘la enfermedad del sueño’ en estos pueblos», explicó el político, según recoge Interfax.
Las conclusiones son el fruto del examen médico de las víctimas y el trabajo de los científicos de varios institutos especializados. Los resultados de la investigación fueron enviados para su análisis a Moscú y a Praga, donde se confirmaron las suposiciones de los científicos kazajos.
Se informa de que los residentes de la zona serán realojados en otros lugares antes del final de 2016.