Hablamos de Incontinencia Anal cuando perdemos la capacidad de controlar voluntariamente la liberación de gases y materia fecal. Es decir, se produce el escape involuntario de gases o materia fecal lo cual tiene enormes repercusiones sociales, cambia el estado de ánimo de quienes la padecen, llegando a veces al aislamiento y bloqueo, no siendo fácil expresar lo que sucede durante el interrogatorio médico.
Se observa en el 2 al 10 % de la población adulta, aumentando más en la tercera edad. Puede ocurrir por ALTERACIONES EN EL ESFÍNTER ANAL, que es la más frecuente, o INCONTINENCIA CON ESFÍNTER NORMAL. Incontinencia Anal
El mecanismo por el cual se altera el esfínter anal puede ser por:
–Desgarros durante el parto o por trauma con fórceps,
-Lesiones por traumatismos como los empalamientos,
-Alteraciones del esfínter por invasión de tumores o procesos inflamatorios, -Secundarias a lesiones de los nervios pudendos (por múltiples partos, esfuerzos defecatorios, lesiones de la médula, y diabetes, entre otros).
También, se observa por: debilidad muscular con la edad avanzada, presencia de un prolapso rectal, después de un procedimiento quirúrgico o por defectos congénitos con falta de desarrollo de los esfínteres.
Mientras que la incontinencia anal con esfínteres normales puede ocurrir por:
-Presentar diarreas severas (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, Síndrome de Intestino Irritable, rectitis por radioterapia o abuso de laxantes),
-Bolos fecales,
-Fistulas rectovaginales, y
-Alteraciones neurológicas, entre otras causas.
Cuando el paciente refiere que no puede retener los gases, ensucia la ropa interior o refiere escape de la materia fecal, se aconseja la consulta con el Coloproctólogo. El profesional realizará el examen anorrectal en el consultorio y solicitara los estudios correspondientes, a fin de determinar el origen de la incontinencia y poder aplicar el tratamiento correspondiente.
No es aconsejable esconder el síntoma por vergüenza. No siempre existe un tratamiento ideal, pero se puede mejorar mucho la calidad de vida.
Fuente: El Panal, Blog de Salud