Este miércoles personas enfermas esperaron por más de 6 horas atención médica en el hospital San Juan de Dios, situación que se repite en casi todos los hospitales públicos de las grandes ciudades. A las salas de espera llegan personas que padecen dicha gripe, el virus sincicial, enfermedades respiratorias y diversos otros males, convirtiendo dichos espacios en lugares de contagios masivos. Si bien, la situación se repite en algunas clínicas privadas, la gripe A terminó por desnudar la crisis de la salud pública.
Una joven que acompañaba a su papá en la urgencia del Hospital San Juan de Dios sufrió un ataque de epilepsia poco después del mediodía de este miércoles. “Se cayó al suelo y el golpe de su cabeza fue tan fuerte que una poza de sangre se empezó a desparramar por el piso”- cuenta Miriam Pavez, testigo del incidente. Pero pese a las insistentes llamadas del resto de quienes esperaban a esa hora asistencia médica, el guardia que cuida el acceso a los box de urgencia miró y cerró la puerta. “Tienen que esperar”- dijo.
“Le insistimos que esa joven estaba mal – cuenta Onofre Vargas, quien acompañaba a su hija esperando atención – pero nadie salía a ayudarla”. Luego de unos 15 minutos en que la joven estuvo en el suelo, recién salieron a atenderla.
Adentro, en los box, se atiborran los pacientes en las camillas y los asientos; afuera esperan sin protección alguna personas que acuden a hacerse una radiografía, por problemas a la vesícula o caídas. Los pocos que portan mascarillas las compraron por su cuenta.
El hecho describe la angustiosa situación que se repite en las urgencias de la mayoría de los hospitales públicos. Sólo en dicha unidad del San Juan de Dios durante la visita que efectuó El Ciudadano este miércoles había un centenar de personas esperando atención.
Isabel Vidal esperaba junto a su mamá de 92 años, Aurora Palma. A las 8 de la mañana tenía un control en radiología y la enviaron a urgencia luego de complicarse una obstrucción que tiene. Recién a las 12 del día le tomaron la presión y luego la dejaron esperando. Son las 4 y media de la tarde y la anciana aún espera.
Junto a ella estaba Eliana Figueroa junto a su amiga mayor de edad, quien tiene los síntomas de la influenza humana. Un poco más allá está Nelson Tapia quien luego de cancelar mil pesos para que su hija sea atendida aún espera. Llegó a las 10 y media y pasadas las 4 de la tarde nadie la llama. Lo mismo le ocurre a Onofre, quien tiene problemas a la vesícula. “En el policlínico me tomaron la presión y me dijeron que espere. Son las 5 de la tarde y estoy desde las 10 de la mañana”- cuenta.
Afuera también espera Sara Aguilera, quien vino desde Quilpue luego que le avisaran que su hermano Manuel estaba internado por un cáncer al estómago. La hospitalización fue el domingo y aun este miércoles los médicos no han tenido tiempo de hablar con ella y contarle algo de la crisis de su hermano.
“La único información que me han dado ha sido por teléfono – cuenta Sara – y quien está al otro lado de la línea, porque hasta ahora no he visto ni una cara, me dice que hicieron una junta médica y que el médico que podría operarlo tiene ocupado todo el día, por lo que hay que esperar. Ni he podido verlo”.
LA PEOR EPIDEMIA EN 50 AÑOS
La presidenta Bachelet advirtió que el país enfrenta la peor epidemia de los últimos 52 años, pero que el sistema sanitario está preparado para hacer frente a dicha gripe, sin tener que descuidar el aumento de casos de enfermedades respiratorias propias del invierno.
La gripe AH1N1 ya ha causada la muerte de 15 personas y suma 7.342 contagiados hasta este miércoles. “Chile está preparado, cuenta con infraestructura, con personal para hacer frente a la situación y brindar atención y tratamiento a las personas que lo requieran”- sostuvo la mandataria.
Los motivos de consulta de los servicios de urgencia de los hospitales públicos y privados son en su mayoría por la gripe estacional, el virus sincicial y la gripe AH1N1. Además entre un 20% y 25% de los médicos del servicio público están con licencia producto de contagio con afecciones respiratorias.
Las instrucciones del Ministerio de Salud ponen énfasis en los cuadros respiratorios y se han suspendido los controles en consultorios y las intervenciones que no sean urgentes.
La situación ha sido de tal magnitud que la Intendencia de Tarapacá ordenó suspender la fiesta de la Tirana, ya que en Iquique durante el fin de semana largo se duplicaron loc casos de influenza humana de 1.500 el viernes a 3.000 contagiados. La medida apunta a evitar que la convocatoria del festejo aumente de manera considerable el número de enfermos.
Tarapacá es la tercera región con mayor número de infectados con la influenza A H1N1, después de la de Los Lagos y Los Ríos.
El virus respiratorio sincicial también alcanzó un peak en la Región Metropolitana esta semana, e incluso las autoridades esperan un promedio de 140 hospitalizaciones pediátricas diarias.
EL MEZQUINO 3% DEL PIB
Pero más allá de las bajas médicas y la situación de epidemia, la influenza humana está desnudando décadas de mezquindad de políticas públicas bajo el ordenamiento neoliberal instaurado por la dictadura y administrado por la Concertación.
Si en 1990 el gasto del PIB en salud era de un 1,76%, el 2007 éste alcanzaba el 2,98%. O sea, en 17 años se incrementó poco más del 1%. En Brasil el monto del Producto Interno Bruto destinado a salud ese año fue del 5,3%; de Costa Rica, un 5,07%; de Cuba un 9,88%; de Uruguay un 4,02% o de Nicaragua, un 3,69%.
Si bien el presupuesto dado al sector salud tuvo una alza importante este año, llegando a los $2 billones 972 mil millones, según declaró el ministro Alvaro Erazo, la situación de precariedad de los hospitales, falta de insumo y deudas hospitalarias requieren de una cirugía mayor. En 1973, el gasto en salud correspondía al 4% del PIB
El Ciudadano