La clave para perder peso está en cuándo comes, no en lo que comes

Un estudio publicado en el periódico de Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias tiene interesantes noticias.

Los expertos en nutrición ahora están negando lo que muchos han hecho durante años. Muchas veces nos fijamos en lo que comemos, más que en cuándo (y en qué cantidad) lo hacemos. Porque cada cuerpo tiene un reloj y de ello depende tu baja de peso.

Finalmente ambas cosas deben equilibrarse, pero si mantienes un horario inadecuado en tus comidas, es tan dañino como si te alimentaras mal. Lo ideal según los especialistas es adecuarlo con tu ritmo circadiano, lo que debe consultarse antes con atención médica.

Alimentarse de la manera (horarios, cantidades, comidas) inadecuada puede aumentar tu riesgo de obesidad y diabetes, entre otras cosas. Los descubrimientos de expertos indican que la mejor hora para comenzar a comer es 4 horas después del amanecer – cuando la quema de grasas y azúcares está en su nivel más óptimo.

El Dr. Gad Asher, parte de la investigación, comentó que «En un sentido, es como un calendario diario, que le dice al cuerpo qué esperar para que se prepare al futuro y opere de manera óptima».

Nuestro reloj circadiano regula a todos los seres vivos, desde las bacterias hasta los humanos. Tiene un papel importante en nuestro ciclo de sueño, alimentación, actividad y en nuestro metabolismo.

Para este estudio, se observaron los cambios circadianos en mitocondrias. Así, se identificaron y cuantificaron las proteínas de estas, encontrando un 40% de ellas una vez al día. Estas proteínas generadas por la mitocondria regulan las actividades mencionadas.

El Dr. Asher dijo que «Si estuviéramos más atentos al horario de nuestra actividad celular, podríamos ser capaces de tomar ventaja de muchos nutrientes en una manera más saludable».

Esto sólo se puede saber consultando a un especialista. Pero, desde entonces, ya sabes: ten más cuidado con tus horarios de alimentación, que con lo demás.