La conspiración de la industria alimentaria (y farmacéutica)

‘Que tu alimento sea tu medicina, y tu medicina tu alimento’ .- Hipócrates, padre de la medicina moderna (460AC-377AC)

La conspiración de la industria alimentaria (y farmacéutica)

Autor: Arturo Ledezma

Al igual que la industria del fitness conspira para llenarse los bolsillos sin que tú veas mucho beneficio en términos de una mejor salud, la industria alimentaria lleva décadas diseñando productos adictivos que destruyen tu salud pero que dejan grandes márgenes para las compañías que los producen. El sentido común nos indica que nadie preferiría un producto artificial (cargado de componentes químicos, grasas, sal, azúcar… ) a uno natural (como una manzana), lo que obliga a las empresas de alimentación a diseñar productos que engañen nuestro cerebro (con saborizantes artificiales, colores llamativos…) y a invertir billones de dólares en campañas de marketing para hacernos creer que sus productos son saludables y ‘cool’. ¿Cuándo fue la última vez que viste un anuncio en TV de una manzana?

Y nadie sabe más sobre cómo crear productos adictivos y campañas de marketing para venderlos que las empresas de tabaco. Por ese motivo Philip Morris (la principal tabaquera mundial) lleva 2 décadas comprando grandes empresas de alimentación (Kraft, Miller, Taco Bell, General Foods, Philadelphia, Toblerone, Oscar Meyer y muchas otras), aplicando a la industria alimentaria los mismos principios que tan bien le han funcionado vendiendo tabaco.Y uno de estos principios es ‘cuanto más joven mejor’. Si consiguen ‘enganchar’ a u niño de 12 años para que empiece a fumar o a tomar sus productos de alimentación adictivos, tienen un cliente de por vida.

Pero por supuesto el problema no es únicamente Philip Morris, casi todas las empresas de alimentación, incluyendo las de bebidas como Coca-Cola, siguen esta misma estrategia. ¿Por qué Coca-Cola es la marca más reconocida del mundo? Porque necesitas miles de millones en publicidad para que la gente se vuelva loca por beber agua con azucar (y otros muchos químicos).

Como era de esperar, la dieta antinatural que impulsan estas compañías ha generado graves problemas de salud en la población, haciendo que sean comunes enfermedades que hasta hace unas décadas eran prácticamente inexistentes.

La industria farmacéutica genera medicamentos que atacan los síntomas de las enfermedades, no la causa. Te mantienen vivo para que sigas consumiendo los productos dañinos de la industria alimentaria. Y por supuesto también gastan millones en publicidad (mucho más de lo que gastan en investigación) para convencerte de que debes tomar sus pastillas.

Si hacemos un repaso rápido de los 10 medicamentos más vendidos  en los últimos años, vemos que la mayoría de ellos pretenden atacar los síntomas generados por el consumo de productos dañinos y la falta de actividad física. Revisemos algunos de estos fármacos:

  • Lipitor (o estatinas en su nombre genérico), el fármaco más vendido en el mundo (más de 14.000 millones de dólares al año), cuyo objetivo es reducir los niveles de colesterol, cuando es muy cuestionable que estas drogas ayuden en algo.
  • Plavix/Iscover (o clopidogrel en su nombre genérico), que previene la formación de coágulos en la sangre (que pueden ser mortales dado el mal estado de las arterias, por supuesto por culpa de la mala alimentación y la vida sedentaria).
  • Nexium (o Esomeprazole en su nombre genérico), que intenta reducir los problemas asociados a varios trastornos gastrointestinales, obviamente asociados en gran parte a los alimentos que ingerimos.
  • Otros muchos asociados a enfermedades como Diabetes tipo 2 (ocasionados principalmente por la obesidad), hipertensión, osteoporosis…

En resumen, la perfecta simbiosis entre la industria alimentaria (generando enfermedades) y la industria farmacéutica (generando medicamentos que mitigan los síntomas de esas enfermedades) permite que tanto unos como otros se enriquezcan a tu costa, manteniéndote vivo (no les interesan los muertos porque no consumen comida ni medicamentos) pero con una salud débil y una vida mediocre (en el mejor de los casos).

Y cuando tu médico te convence de que para mejorar tu salud debes hacer ejercicio, te apuntas a un gimnasio, siendo seguramente víctima de la otra gran conspiración, la de la industria del fitness.

por Marcos – Fitness Revolucionario


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