Entre los síntomas de la EM están el dolor, los espasmos musculares y la dificultad para dormir. Existen medicamentos actualmente, pero hay pacientes que no se benefician de sus efectos, y por esta razón se lanzan al consumo de cannabis (o marihuana, como se conoce más popularmente), el cual si les confiere efectos positivos.
¿Qué base tiene este efecto beneficioso para los pacientes? Pues su efecto procede de los cannabinoides, unas moléculas de la planta del cannabis que interaccionan con determinados receptores de la membrana celular de las neuronas (receptor CB1 y CB2). Al interaccionar las moléculas con los receptores, se produce el efecto beneficioso, disminuyendo el dolor y los espasmos musculares.
Gracias al estudio de este sistema de receptores (denominado sistema endocannabinoide), se han desarrollado fármacos que reducen estos síntomas, donde destaca el Sativex ®, de la farmacéutica GW Pharma. Pero el estudio del que os hablaré hoy va más allá, pues no se conforma con reducir los síntomas, sino que pretende frenar el avance de la enfermedad.
Así pues, con esta idea en mente, un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, dirigido por Javier Fernández Ruiz (catedrático de Bioquímica y Biología Molecular) han estado estudiando el uso terapéutico y neuroprotector de los cannabinoides contra la EM. Gracias a estas investigaciones, han publicado recientemente en la revista Neuropharmacologyun estudio sobre los efectos positivos de la molecula sintética WIN55,512-2 (la llamaremos WIN para no liarnos). Esta molécula, en esencia, lo que hace es imitar la función del cannabis sobre los receptores del cerebro.
Esta molécula, WIN, actua a nivel de varias situaciones. Por un lado, y a nivel genético, aumenta la expresión de los genes “limpiadores” de glutamato (el exceso de glutamato daña las neuronas) y, por otra parte, disminuye los genes que se asocian a la inflamación (que también daña a las neuronas). Por último, ya fuera del nivel genético, WIN reduce la infiltración de las células inmunes, es decir, disminuye la función de inflamación de las células del sistema inmune en el sistema nervioso y la médula. Con esto último, WIN evitaría la producción de sustancias tóxicas por parte de las células de defensa del organismo.
Así, con la suma de todos los efectos, en un experimento llevado a cabo en ratones se consiguió como resultado que la enfermedad dejara de progresar (en comparación con un grupo placebo).
Poco a poco se va descubriendo la vía de actuación para curar determinadas enfermedades, y cada vez son más los beneficios conseguidos al manipular el sistema cannabinoide de nuestro organismo. Esperemos que pronto dejen de ser simples estudios y se llegue a la cura definitiva.
Vía: SINC.
Imagen: Fundación Canna.