Los Estados de Norteamérica tal vez estén un paso más cerca de legalizar el uso recreacional de la marihuana, especialmente ahora que el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, sus siglas en inglés) actualizó la lista de preguntas frecuentes en su sitio web para incluir los estudios que prueban que el cannabis es un remedio natural para el cáncer.
Como InfoWars informó, NCI dio a conocer varios estudios que revelan cómo el cannabis “puede inhibir el crecimiento de los tumores a través de la muerte de las células cancerígenas, bloqueando el crecimiento de dichas células y bloqueando el desarrollo de los vasos sanguíneos que los tumores necesitan para crecer” mientras también protegen a las células normales y saludables.
NCI declaró: “Un estudio de laboratorio sobre cannabidiol (CBD) en receptores positivos de estrógeno y receptores negativos de estrógeno de las células cancerígenas de cáncer de mama demostró que la célula que causó el cáncer murió mientras tenía un pequeño efecto en las células normales del pecho. Estudios en ratones modelos de metástasis de cáncer de mama mostró que el cannabidiol puede lesionar el crecimiento, el número y la propagación del cáncer.”
La lista completa sobre los beneficios del cannabis publicada por NCI incluye, entre otras cosas, que el cannabidiol puede proteger contra la inflamación del colon y puede tener cierto potencial en reducir el riesgo del cáncer de colon y facilitar su tratamiento. El cannabidiol, según un estudio realizado en modelos de cáncer vivo, posee un efecto anti tumor. A su vez, el cannabis es anti-inflamatorio y puede jugar un rol esencial en el alivio del dolor.
Sin embargo, en Estados Unidos a la marihuana se la considera como una droga no apta para usos medicinales.
¿Cómo pueden las agencias del gobierno concluir en esto? ¿Cómo puede la FDA todavía clasificar a la marihuana como una “droga sin propósitos medicinales? Tal vez esté relacionado con que a pesar de los numerosos y comprobados beneficios de la marihuana, el gobierno federal insiste en mantenerla ilegal, mientras la FDA aprueba costosas prescripciones de drogas que contienen más efectos secundarios y muchas menos investigaciones.