La miel ha sido el edulcorante natural por excelencia en los tiempos precedentes a la extensión del azúcar por el mercado, allá por el siglo 16. Su sabor, textura y propiedades lo han convertido en el alimento idóneo; su contenido en minerales, vitaminas, aminoácidos y enzimas son incomparables con cualquier otro producto natural del planeta.
Un alimento que podemos incorporar en la leche, en las tostadas o incluso junto con la fruta, y que con moderación nos proporciona gran cantidad de beneficios. Hoy en Medciencia os traemos algunos de las particularidades de este alimento que probablemente desconozcáis.
1. Es excelente para combatir la tos
¿A quién no le han recomendado los caramelos de miel durante un resfriado o cuándo teníamos mucha tos? Aunque no se necesite prescripción médica para ello, la miel es un producto excelente en el control de la tos. La razón nos la ofrece la OMS (Organización Mundial de la Salud), que afirma que la miel es un demulcente en potencia, es decir, una sustancia ideal para combatir la irritación tanto en la boca como en la garganta al producir una película que las recubrirá.
Los investigadores han añadido que la miel también posee una actuación excelente comodextrometorfano, que es un fármaco utilizado como supresor de la tos y para aliviar la irritación bronquial menor (que es la que aparece con el resfriado común).
2. Puede ser utilizada para tratar las heridas
La miel fue el remedio más generalizado para combatir las infecciones a principios del siglo 20, tras el que se vio gradualmente frenada por la penicilina. Sin embargo, la miel actualmente está recuperando protagonismo gracias al conocimiento de los investigadores del mecanismo que implica a la miel en el tratamiento de infecciones cutáneas.
Gracias a sus propiedades antibacterianas, antioxidantes y antifúngicas, la miel es el producto ideal para el tratamiento de heridas, y ya se está poniendo en práctica en los laboratorios de Derma Sciences en EEUU, que están utilizando la miel de Manuka en sus investigaciones.
Para que os hagáis una idea del potencial de la miel de Manuka, se ha registrado clínicamente queeste tipo de miel es capaz de acabar con hasta 250 tipos de bacterias diferentes incluidas algunas especies que se consideraban resistentes a otros tratamientos.
3. Mejora nuestro cuero cabelludo
Ya hablamos recientemente de algunos de los alimentos que mejoraban la salud de nuestro cabello, pues bien, los investigadores han encontrado que un poco de miel diluida en agua caliente ayuda significativamente a frenar la dermatitis seborreica, que es una dolencia cutánea inflamatoria que puede ocasionar picores y caspa.
Los investigadores obtuvieron resultados en tan solo 1 semana, en la que los pacientes dejaron de sentir la molestia y los picores, y tras una semana más, los daños producidos en la piel estaban totalmente sanados.
4. Aumenta nuestras reservas de energía
Partiendo de una dieta sana y equilibrada, nuestros requerimientos energéticos deberían estar más que comprendidos. Sin embargo, tras realizar una actividad física o antes de ella, la miel puede funcionar como una fuente de energía a largo plazo.
5. Reduce los síntomas de la alergia
Con los cambios de temporada nuestro cuerpo se enfrenta a nuevos agentes alérgenos que ponen en alerta nuestro sistema inmune y ocasionarnos más de un contratiempo. La miel, concretamente la miel artesanal, posee esporas recogidas de las abejas procedentes de diversos tipos de plantas. Estas esporas activaran nuestro sistema inmune en menor medida, y permitirán la elaboración de una respuesta eficaz contra estos alérgenos.
Los expertos recomiendan tomar alimentos con miel artesanal al menos 1 mes antes del cambio de temporada, para que nuestro organismo elabore un mecanismo de respuesta inmune eficaz.
Fuente | Mercola