Las medidas que aún no se toman para evitar contagios de influenza humana

Pese a que un estudio realizado por médicos entregado a las autoridades en abril del 2008 ya daba cuenta de que el sistema público de salud no estaba preparado para una pandemia, no se tomó ninguna medida para hacer contención a la influenza humana que ya lleva 21 muertos en el país


Autor: Mauricio Becerra



Pese a que un estudio realizado por médicos entregado a las autoridades en abril del 2008 ya daba cuenta de que el sistema público de salud no estaba preparado para una pandemia, no se tomó ninguna medida para hacer contención a la influenza humana que ya lleva 21 muertos en el país. Incluso hoy una medida como la entrega de mascarillas en las salas de espera de hospitales y servicios de urgencia, aún no se toma, manteniendo dichos espacios como verdaderos focos de contagio de la enfermedad.

Eliana el miércoles pasado esperó atención desde las 11 de la mañana en el Hospital San Juan de Dios. Eran las 4 de la tarde y aún no era atendida. Pese a sospechar que tenía la influenza humana las horas de espera la pasó en una sala atiborrada de personas que llegaban buscando atención médica por diversas patologías.

La situación se repite en los hospitales públicos y clínicas privadas del país. Según cifras del Ministerio de Salud, las consultas superan en 80% a los años anteriores. Se bien, la influenza humana ha comenzado a decaer en algunas regiones, como los Lagos,  en la Región Metropolitana aún se espera que el peak de la enfermedad se produzca en las próximas semanas.

El problema es que las salas de espera de clínicas y hospitales son estos días verdaderos focos de contagio de dicha gripe al reunir en un mismo espacio a pacientes que llegan con dicho cuadro con personas que acuden por otras dolencias.

Carlos Carrasco, médico de un SAPU de Cerro Navia y Pudahuel, considera que “no ha habido capacidad de contener el virus. Corresponde aislar a los enfermos y el examen que se hace para verificar si tienen la gripe A, la inmunofluorescencia, cuesta unos 10 mil pesos, precio que postas y SAPUs no pueden a veces costear, por lo que estos enfermos al ingresar al servicio pueden contagiar a otros pacientes”.

“Si pensamos que cada enfermo puede contagiar a 4 ó 10 personas habrá que multiplicar los casos reportados y darnos cuenta de la magnitud de la situación”- sostiene Carrasco.

Las medidas que hoy están tomando los hospitales y consultorios son tomar la temperatura a cada paciente que ingresa. Si es por sobre los 38º y presenta además tos seca, dolor muscular y fiebre se aísla, pero si no presenta estos síntomas se le mantiene en las salas de espera.

Alejandro Santander, de la Asociación de Médicos de la Asistencia Pública (AMAP), agrega que “el mayor problema con los pacientes portadores de este tipo de influenza no es cuando el diagnóstico está hecho, sino que el problema es con el paciente antes del diagnóstico, que si está esperando en una sala de espera tiene un rango de contaminación alta para las personas que llegan allí por otras patologías”.


BAJAS EN EL CUERPO MÉDICO

En el hospital San José por estos días se llega a las 250 atenciones diarias entre las 8 de la mañana y las 20 horas. Durante la noche las prestaciones alcanzan las 70 personas. “Si bien en invierno siempre la demanda es alta, se incrementó de manera considerable este año por la gripe A”- cuenta Valeria Ahumada, enfermera de dicho centro asistencial.

Desde declarada la epidemia, en dicho centro asistencial se han contagiado 2 funcionarios. Sólo los funcionarios que reciben a los pacientes usan mascarillas. El último reporte del Minsal reconoce que se han reducido en un 25% la presencia de personal de salud por licencias producidas por contagio con dicha enfermedad.

Como la demanda es alta, las salas de hospitalización están llenas y el examen que determina si se trata de gripe A se demora, se procede con los pacientes ambulatorios que presentan los síntomas de dicha gripe a darles antivirales y se los manda para el hogar. Sólo en caso de que el paciente esté muy grave se le hospitaliza.

El Minsal calcula que ya se han entregado cerca de 100 mil tratamientos de Oseltamivir, antiviral usado para combatir la influenza. De los 950 mil tratamientos comprometidos, se han distribuido en la red pública y privada, para entrega gratuita, un total de 700 mil. Esta semana se sumarán otras 200 mil dosis solicitados a la Organización Panamericana de la Salud y el ministro Álvaro Erazo anunció la compra de 400 mil más.

CRISIS ANUNCIADA

La gripe A ha golpeado los servicios sanitarios de casi todos los países por su velocidad de expansión. No en vano, el 10 de junio dicha enfermedad fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Claro que la respuesta para su contención en Chile podría haber sido mejor. Así lo sostiene Santander, quien Cuenta que en abril del 2008 enviaron a la presidenta un documento acusando que el país no estaba preparado para enfrentar un accidente aéreo, ferroviario o epidemia, debido a la escasez de camas de los servicios de urgencia. El cálculo de 300 camas existentes acusaba la necesidad de incrementarlas en un 50% más.

Hoy Santander, que se desempeña en la UTI de la Asistencia Pública, calcula “que hay un déficit de alrededor de 150 camas para pacientes críticos en el país. Advertimos de los riesgos de seguir en dicha situación, incluso advertimos de que si ocurriese un brote de influenza, las reservas serían sobrepasadas. Si se hubiese empezado a actuar el año pasado hoy tendríamos un colchón de seguridad en los hospitales mayor”.

Luego de enviar una carta a la presidenta se les derivó a la ministra de Salud de la época, Soledad Barría, quien derivó el documento a un subordinado para después perderse en la burocracia de dicho minsterio.

“No es llegar y poner camas de intensivos con cáteres y monitores. Sobre todo se necesita personal adiestrado con las competencias necesarias para atender pacientes críticos”- comenta Santander.

Carrasco, sostiene que desde los primeros casos de influenza humana que se reportaron en Chile “se evidenció lo mal preparado que está la atención primaria de urgencia. En Cerro Navia no había alcohol o gel desinfectante para los funcionarios, también nos dimos cuenta de la necesidad de implementar salas de aislamiento”.

También Carrasco se fija en que las prioridades del Ejecutivo fueron más mediáticas que de dotar a los centros de salud de lo requerido. “Si para enfrentar esta situación lo primero que supimos fue de la compra e instalación de escáner en el aeropuerto, aparato que es más mediático que útil, ya que lo que permite ver es bastante inespecífico”.

Carrasco achaca a esto la descoordinación que hay a la hora de difundir las medidas para evitar más contagios. “Ocurre que cuando se reportan los casos de gripe A, depende de si el director de salud ha tomado medidas de profilaxis y en sus decisiones son autónomos”.

La descoordinación es producto de que en 1978 el Servicio Nacional de Salud fue dividido en 28 servicios satélites y en 1981 esta administración pasa a los municipios. Carrasco da el caso de Cerro Navia, en donde el manejo que tiene la corporación municipal no es fiscalizado porque no hay personal suficiente para realizar esto de parte del Minsal.

Los SAPUs hoy tienen un presupuesto mensual de 6 millones de pesos, cifra que se dobla cuando estos atienden por más de 12 horas.

MEDIDAS A TOMAR

Eduardo Chávez, médico de la Posta Central hace ya 48 años, si bien reconoce que esta es la primera pandemia que sufre el país en años, por lo que no hay conocimientos ni muchos antecedentes al respecto, considera que una medida sencilla para evitar los contagios sería  repartir mascarillas a quienes llegan a alguna urgencia para así evitar el contagio.

Carrasco coincide en que “las salas de espera de los hospitales y consultorios son focos de contagio de la influenza” y agrega que se debiera sumar la presencia de personal que de instrucciones para evitar contagio a quienes allí llegan y el aislamiento inmediato de quienes presentan los síntomas de la influenza. Pese a que las mascarillas protegen por un corto periodo de tiempo, Carrasco igual cree que “reducirían las posibilidades de contagio de otros pacientes”.

Santander suma la necesidad de implementar salas de aislamiento para los enfermos que lleguen con más de 38º y el refuerzo de los servicios de urgencia con personal dedicado a pesquisar los pacientes que se les diagnostique la gripe A.


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