Si bien todos los niños chilenos son vacunados contra esta patología, ocurre que los niños más pequeños no han completado su esquema de vacunas, que reciben en el segundo, cuarto y sexto mes de vida, al año y a los cuatro años de edad. “Un niño de tres meses, por razones obvias, sólo puede tener la vacuna del segundo mes”, explicó el Dr. Luis Barrueto, médico pediatra broncopulmonar de la Universidad de Santiago de Chile.
Un llamado a estar alertas ante los síntomas de la Tos Convulsiva o Coqueluche, hizo el Dr. Luis Barrueto, académico de la Unidad de Medicina Respiratoria Infantil de la Escuela de Medicina de la Universidad de Santiago. “Es una enfermedad grave, sobre todo para niños menores de seis meses, porque puede producir complicaciones como bronconeumonía, hipoglicemia o convulsiones”, advirtió el especialista.
El brote de Tos Convulsiva detectado en el país, se debe a la presencia del germen Bordetella Pertussis. Es por ello que el especialista Usach detalló los signos que pueden presentarse en los niños que ya desarrollan la enfermedad y ante los cuales los padres deben reaccionar.
“La tos convulsiva tiene un síntoma característico. Después de iniciarse un cuadro de resfrío común, se inician lo que se denomina quintas de tos, que es una tos que se inicia bruscamente, que es progresiva, y que puede terminar en lo que se denomina un gallito inspiratorio (silbido final). Estos abscesos (cuadros repetitivos) de tos se repiten durante el día y tienen relación con la actividad o la alimentación del niño. Puede durar dos, tres y hasta cuatro semanas”, advirtió el especialista.
Ante la presencia de los síntomas, el Dr. Barrueto recomendó consultar de inmediato a un centro asistencial y aislar al niño enfermo para que no contagie a sus hermanos o familiares.
El experto explicó que las personas cercanas deben ser tratadas con antibióticos, al igual que el paciente. “El tratamiento antibiótico en el niño afectado, más que influir en su recuperación, permite que el niño enfermo no siga contagiando a otros. Después de cuatro a cinco días de tratamiento, el niño infectado deja de contagiar”, aseguró.
El Dr. Luis Barrueto precisó, además, que los adultos, aun habiendo sido inmunizados cuando niños, también pueden enfermar de tos convulsiva. “Con un esquema de vacunas completo se genera una inmunidad que no es para toda la vida. Puede durar entre 18 y 20 años”, concluyó.
Por Mauricio Acuña
El Ciudadano