Caminar es una de esas actividades que siempre te recomiendan, algo así como la panacea. ¿Estás deprimido? camina, ¿tienes sobrepeso? camina, ¿estás preocupado?, camina. Pero más allá de la sabiduría popular, un estudio científico hecho por Gregory Bratman, un graduado de la Universidad de Stanford, demostró que una caminata puede hacer maravillas por tu estado de ánimo y tu salud. Esto es lo que caminar le hace a tu cerebro.
¿Es igual caminar en un parque que en la ciudad?
En la investigación se hizo que un grupo de personas caminaran por un lugar hermoso con árboles y sin compañía, ni música o cualquier distracción, mientras que otro grupo caminó en las mismas condiciones pero al borde de una autopista. Luego de la caminata, los voluntarios fueron al laboratorio para responder un cuestionario y para someterse a un escaneo cerebral. El objetivo eradeterminar los niveles de felicidad y atención después del ejercicio.
Aquellos que caminaron junto a la autopista no tuvieron mayores cambios en su estado de ánimo, pero aquellos que lo hicieron en la naturaleza, demostraron mejoras en su salud mental. Esto se reflejó en un menor flujo de sangre en la corteza prefrontal subgenual, que es la parte del cerebro encargada de manejar los pensamientos repetitivos o las emociones negativas. Las personas que caminaron cerca a la autopista mantuvieron el nivel del flujo sanguíneo a esa zona. De lo que se concluye que es mejor para tu cerebro y tus emociones caminar en la naturaleza.
Para obtener estos beneficios no hace falta que planees un viaje a las montañas o a una playa, basta con tomar un paseo de unos quince minutos en alguna plaza o parque rodeado de árboles, sin música ni acompañantes; concentrándote sólo en lo que te rodea.
Caminar más o caminar mejor
Bratman demostró en su estudio que una caminata en el lugar adecuado, es decir, rodeado de la aturaleza y alejado del estrés propio de la ciudades es suficiente para mejorar la salud mental, en la medida en que esta actividad contribuye a alcanzar un estado de relajación y tranquilidad. En este sentido, es cierto que caminar es casi un remedio milagroso para levantar el ánimo y despejar tu mente de pensamientos negativos.
Si bien es cierto que numerosas investigaciones demuestran que deberíamos caminar un promedio de diez mil pasos al día, es decir unos 8 kilómetros, hacerlo en un ambiente congestionado, lleno de coches, ruidos y estrés no es igual que hacer esa misma caminata dentro de un parque, acompañados de la naturaleza. Es probable que obtengas los mismos beneficios a nivel físico, pero no estarás aprovechando la oportunidad para relajar tu mente y desconectarte de los problemas cotidianos.
En una sociedad tan sedentaria, en la que la mayoría de los empleos implican estar fijos en un mismo lugar durante varias horas, resulta fundamental hacer consciencia y comenzar a movernos. Caminar es un ejercicio sencillo, no es demasiado exigente y te ayudará a mantener un peso adecuado, a la vez mejorará tu coordinación y balance, además de fortalecer tus huesos e inyectarte energía para continuar con todas las tareas del día.
Hacer el cambio no es complicado. Quizá puedas escaparte en tu hora de almuerzo a algún lugar cercano y caminar un rato y complementarlo luego haciendo pequeños cambios en tu rutina, como ir por las escaleras en vez de tomar el elevador. También, puedes instalar alguna aplicación que convierta tu teléfono móvil en un podómetro y hacer el conteo de cuántos pasos das al día e ir incrementando la cantidad poco a poco. Si tienes un perro, aprovéchalo para que te haga compañía mientras paseas. Estoy segura de que tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.