Las impresionantes habilidades de los savants siguen siendo un misterio para la neurología: su probada capacidad para procesar información, memorizar gigantescas cantidades de números o descubrir lenguajes matemáticos sigue fascinando a los investigadores. Sin embargo, la percepción extrasensorial es un campo donde las habilidades de los savants se estudian en nuestros días con una mezcla de método científico y apertura crítica hacia lo desconocido.
La neuropsiquiatra Diane Hennacy Powell (autora de The ESP Enigma: The Scientific Case for Psychic Phenomena) recibió el año pasado tres videos caseros de una niña de nueve años con autismo severo, donde se afirmaba que era capaz de demostrar habilidades telepáticas. La doctora Hennacy organizó una sesión de investigación con dos terapeutas separados que afirmaban que la niña en realidad poseía dichas habilidades.
Dado el estado delicado de la niña, la investigación se realizó en su casa. Powell notó que “incluso los cambios sutiles en el ambiente son muy distractores y perturbadores para un niño con autismo severo”, como era el caso. Se dividió una habitación en dos secciones: de un lado, un terapeuta iba a “pensar” números aleatorios y palabras inventadas, así como oraciones e imágenes; del otro lado, la niña debía “leer la mente del terapeuta”.
La niña escribía sus respuestas y respondía al experimento. Para notar cualquier forma de “comunicación” que falseara el experimento se colocaron cinco cámaras de alta definición y tres micrófonos, para tener una perspectiva completa de la habitación y del terapeuta y la niña en sus espacios separados.
La niña tuvo 100% de precisión en seis de 12 ecuaciones de entre 15 y 19 dígitos cada una, y entre 81 y 100% en oraciones de entre 18 y 35 letras. El monitoreo de seguridad no mostró evidencias de fraude.
Las conclusiones de Powell fueron presentadas en la edición 57 de la Convención Anual de la Asociación Parapsicológica, afirmando que “los datos sugieren un mecanismo de comunicación alternativo, latente o predispuesto que está al alcance de personas que nacen con severos trastornos de habilidades de lenguaje”.
¿La neurología debe prestar atención a la parapsicología, o la parapsicología debería refinar sus métodos de estudio? Lo cierto es que la mera posibilidad del caso plantea extraordinarias preguntas para el futuro de la investigación del cerebro.