Marcas de nacimiento: ¿Por qué las tenemos?

Marcas de nacimiento… ¿Tienes alguna? Una macha carmesí en tu cuello, un lunar en tu cadera, una manchita oscura en tu frente o el hombro izquierdo… Son detalles que nos hacen únicos, señales que en ocasiones comparten padres e hijos en lugares exactos, algo que en ocasiones, también sucede entre gemelos

Marcas de nacimiento: ¿Por qué las tenemos?

Autor: Carlos Montes

Marcas de nacimiento… ¿Tienes alguna? Una macha carmesí en tu cuello, un lunar en tu cadera, una manchita oscura en tu frente o el hombro izquierdo… Son detalles que nos hacen únicos, señales que en ocasiones comparten padres e hijos en lugares exactos, algo que en ocasiones, también sucede entre gemelos.

Hubo un tiempo en que se consideraba algo maligno, la marca de la brujería o la mala suerte. No obstante, una tendencia interesante es la que mantiene esa perspectiva de la reencarnación donde toda marca de nacimiento tendría en realidad una explicación subyacente.

Como ves el tema es tan trufado en tradiciones, ideas, leyendas y curiosidades que no debería faltar en nuestro espacio para mentes inquietas como la tuya. Así que ahora dinos… ¿qué forma tiene tu marca de nacimiento?

Marcas de nacimiento… ¿A qué se deben?

En realidad, es algo que nadie sabe a ciencia cierta por qué aparecen. Podríamos decir que “venimos de fábrica” con ellas. En ocasiones son manchas puntuales, algo menudo y sugestivo. En otras ocasiones podemos nacer con pigmentaciones muy llamativas que implicará que el día de mañana, deseemos someternos a alguna operación para hacerlas desaparecer o atenuarlas.

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No siempre es algo de lo que uno se alegre. Ahora bien, cabe decir que casi el 80 por ciento de los bebés tienen alguna marca de nacimiento. Algunas duran toda la vida, y otras desaparecen o se atenúan al cabo del tiempo.

Hay dos tipos de manchas de nacimiento:

  • Vasculares: van de un tono rosado, hasta el rojo y el morado. Son vasos sanguíneos o linfáticos que resaltan con fuerza debajo de la piel.
  • Pigmentadas: son de tonos más oscuros, los que van del tono marrón o a un gris más oscurito. Son pequeñas alteraciones de las células pigmentarias.

Cabe señalar que su aparición, no tiene nada que ver con lo que haya comido o hecho la madre durante la gestación. Ni aún menos se debe a un “antojo”. La mayoría de manchas que presentan los bebés al nacer son hemangiomas infantiles, pequeñas protuberancias con algo de relieve a los que se conoce como “nevus fresa”.

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Algunos expertos nos indican que se producen, simplemente, como consecuencia desequilibrios puntuales durante el desarrollo de la propia piel mientras crecemos en el útero materno. Algunas de esas manchas se atenúan a medida que crecemos y otras nos acompañan lo queramos o no, de por vida.

Supersticiones sobre las manchas de nacimiento

Una de las creencias más comunes, dejando a un lado los antojos maternos, se halla en la idea de que toda marca de nacimiento es en realidad la marca de una herida traumática sufrida en otra vida.

Solo con pensarlo a unos les vendrá una sonrisa irónica, otros dejarán escapar un suspiro de aburrimiento y otros, sentirán un leve escalofrío. Una persona que se ha dedicado en profundizar en este tema es el doctor Jim Tucker de la Universidad de Virginia. Podrás encontrar muchos ejemplos de esto mismo en sus trabajos, como por ejemplo el dedicado a los niños que recuerdan vidas pasadas (“Vida antes de la vida”).

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En sus investigaciones suele dar varios ejemplos que cada uno de nosotros somos libres de aceptar o no:

  • Un niño en la India nació sin parte de sus dedos en una mano. Ya desde pequeño indicó con seguridad que “en otra vida”, había sufrido un accidente: se había cortados sus dedos en una máquina de picar carne.
  • Otra mujer narraba el caso de su abuela. Antes de fallecer le indicó a su nieta su deseo de “reencarnarse” en un niño. Antes de morir, la joven dejó una marca en la nuca de su abuela. Este detalle es algo tradicional dentro de muchas culturas, como en Tailandia, de ese modo se reconoce “al familiar” reencarnado en otra persona porque comparte dicha marca. La casualidad quiso que el hijo de esta muchacha naciera con esa misma señal en su nuca.
  • Otro muchacho entrevistado por el doctor Tucker vino al mundo con unas curiosas marcas en el pecho. Parecían cicatrices. El niño, a través de hipnosis recordó que “en su otra vida” había muerto por varios disparos de bala en el pecho.

Relatos increíbles que nos dejan esa supuesta idea en el aire. Cada uno es libre de asumirla o no, pero sin duda, da para mucha bibliografía, artículos y conferencias para los amantes del tema de la reencarnación.

¿Adivinas ahora cuál es esa otra superstición al respecto de las manchas de nacimiento? Si tomamos nuestra máquina del tiempo y nos vamos a la Edad Media, deberás tener mucho cuidado en que nadie descubra esa pequeña marca de nacimiento que tienes en tu cuerpo. ¡Te pueden acusar de ser una bruja!

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Cualquier verruga, lunar, inflamacióno decoloración de la piel era sospechoso de ser la marca de una bruja. Y cuidado con tener doble pezón… eso era ya la prueba directa de que eres un brujo o una bruja con mucho poder. Aterrador ¿no es así?

Vía: http://supercurioso.com


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