Un trabajo colaborativo más profundo entre la sociedad civil y el Gobierno, así como ofrecer a adolescentes y jóvenes una educación sexual pertinente, son dos de los desafíos centrales que la Ministra de Salud, Carmen Castillo, planteó como estrategias para avanzar en la lucha contra el VIH/SIDA en Chile.
La autoridad asistió al diálogo ciudadano sobre “Políticas públicas y VIH/Sida en Chile: avances, brechas y desafíos para una efectiva respuesta a la epidemia”, organizado por Acción Gay, encuentro que tuvo como objetivo discutir los avances que se han conseguido a nivel nacional en materia de VIH/SIDA, con miras a elaborar una respuesta más adecuada a las necesidades que hoy presenta esta epidemia.
La Secretaria de Estado destacó que 45 mil personas viven con VIH/SIDA en Chile, de las cuales 22 mil 500 reciben tratamiento antirretroviral en el sector público de Salud, garantizado por el AUGE. “El país presenta importantes logros, Como el acceso a terapia; el incremento en la sobrevida de las personas; la mejoría en la calidad de vida de quienes viven con VIH; el control de la transmisión vertical que hoy nos hace estar ad-portas de ser declarados como ‘país libre de transmisión vertical’ y el aumento del uso del preservativo en adolescentes, entre otros”, dijo.
Desafíos
Sin embargo, existen brechas y desafíos relacionados con los cambios sociales y culturales que tienen alto impacto en las personas en situación de vulnerabilidad y exposición al riesgo de contraer el VIH/SIDA. En ese sentido, la Ministra Castillo planteó que siendo el VIH un problema de Salud Pública que afecta fundamentalmente a la población joven, a los hombres que tienen sexo con hombres, a la población trans, bisexual y a las mujeres más desprotegidas social y culturalmente, entre otros, “es imperativo generar políticas que den respuestas a las necesidades de prevención y atención específicas para estos grupos sociales”.
El estigma y la discriminación que se asocia a esta enfermedad y a las poblaciones más afectadas, “vulneran los derechos y limita el acceso de estas personas a los servicios de Salud disponibles y garantizados en Chile”, afirmó. Por ello es que la Ministra de Salud planteó que uno de los mayores desafíos lo constituye la necesidad de alcanzar una vinculación más estrecha entre la prevención y la atención. “Entendiendo que el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno ha evidenciado científicamente su potencial preventivo; y en el ámbito de la prevención primaria y el autocuidado en Salud Sexual, necesitamos profundizar y ampliar el acceso de la población a las estrategias y servicios preventivos, con enfoque territorial y comunitario”.
Educación y prevención
La autoridad resaltó que resulta “imperioso ofrecer a nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes una educación sexual pertinente en el aula y que cuente con la participación de toda la comunidad educativa. Necesitamos retomar el camino que en algún momento de nuestra historia impulsamos a través de las Jornadas de Conversación sobre Afectividad y Sexualidad que se buscó instalar en los espacios educativos”.
Agregó que para ello se debe lograr un involucramiento más decidido entre los actores sociales relevantes. “En esa línea, tenemos el desafío de avanzar en profundizar la asociatividad entre el gobierno y la sociedad civil, la transversalización de la temática entre los distintos sectores estatales y un compromiso mayor del sector privado”, concluyó.