De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, las enfermedades respiratorias constituyen la tercera causa de muerte de la población chilena (después de enfermedades cardiovasculares y tumores malignos). En Chile el año 2011, 25.655 adultos cercanos a los 65 años fueron hospitalizados en la red pública de salud por las graves consecuencias derivadas de las neumonías y, según datos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), durante el 2012 se produjeron 3.848 defunciones por esta patología, cifra que corresponde a un 22, 1% de la tasa total de mortalidad.
La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones y que puede estar causada por virus, bacterias u hongos. La principal causa es la bacteria Streptococcus pneumoniae, una bacteria que se encuentra en el tracto respiratorio superior de niños y adultos sanos. Afecta principalmente a menores de dos años y a adultos mayores.
Prevención a través de la vacunación
La neumonía puede prevenirse a través de la inmunización, una alimentación adecuada y mediante el control de factores ambientales. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad neumocócica es una de las principales causas de muerte prevenible por vacunación en el mundo, y es la responsable de hasta un millón de muertes en niños menores de 5 años de edad.
Actualmente en Chile hay dos vacunas disponibles la PCV10 – incluida en el Plan Nacional de Inmunización (PNI) desde 2011 – y la PCV13. De acuerdo al paper “Vacunas Anti-neomoccocicas en población pediátrica: actualización”, publicado en la revista de Infectología Practica por la Dra. Marcela Potin, la vacunación con la PCV10 ha reducido las tasas de Enfermedad Invasiva Neumocócica (ENI) en 66% en menores de 12 meses, y en 60% en niños de 12 a 24 meses. Sin embargo, a cuatro años de introducida la vacuna no hay evidencia de efecto rebaño. La vigilancia realizada muestra que la vacuna PCV13, tendría una cobertura de serotipos entre 5 y 15% superior a PCV10. Estos factores, concluye la publicación científica, harían necesario considerar el reemplazo de PCV10 por PCV13 en el PNI.
De acuerdo a resultados de un estudio de costo/utilidad realizado por la Universidad Mayor, la PVC13 es más efectiva y tiene menos costos que la PCV10, tanto por su mayor cobertura de serotipos como por el efecto rebaño. Esto se traduciría en un ahorro de US$ 1993.429.459 en el costo total del manejo de las enfermedades producidas por neumococo.
La PCV13 ofrece la cobertura más amplia contra los serotipos responsables y está disponible en más de 150 países, estando incluida en el PNI de cerca de 85 de ellos. Cada año más de 36 billones de bebes reciben esta vacuna como protección contra el neumococo. El serotipo 19a es el responsable del 25% del total de ENI en menores de 2 años.
Principal responsable de fallecimientos infantiles por causas infecciosas
Según la OMS la neumonía es la principal causa infecciosa de muerte infantil en el mundo, responsable del 15% de todas las defunciones de menores de 5 años. Se calcula que en el 2013, la neumonía fue responsable del fallecimiento de unos 935.000 niños menores de 5 años. Solo en América Latina existen entre 980.000 y 1.500.000 casos anuales de enfermedades neumocócicas como neumonía y meningitis infantil, y 28.000 muertes anuales en la región.
Factores de riesgo
Dentro de los factores de riesgo de neumonía para los niños están: ser menor de 2 años, estar en grupos de cuidados infantiles, haber padecido enfermedades de células falciformes, infección por VIH y enfermedades crónicas de corazón o pulmón; y tener implantes cocleares o fugas de líquido cefalorraquídeo.
En el caso de los adultos, estos factores son: ser mayor de 65 años, haber padecido enfermedades crónicas relacionadas con el pulmón, corazón, hígado o riñón; tener asma o diabetes; ser alcohólico o fumar, tener afecciones que debiliten el sistema inmunológico, incluyendo VIH/SIDA y cáncer; vivir en hogares de ancianos u otras instalaciones de cuidado a largo plazo, y tener implantes cocleares o fugas de líquido cefalorraquídeo.