“Obligar a una mujer a tener una guagua de su agresor es violarla de nuevo en su dignidad”

La vicepresidenta de la mujer del Partido Socialista, Alba Gallardo, conversa con El Ciudadano sobre el proyecto de Ley del Aborto en tres causales a partir de su experiencia al frente del Sernam y de su vivencia como víctima de violación.

“Obligar a una mujer a tener una guagua de su agresor es violarla de nuevo en su dignidad”

Autor: Meritxell Freixas

Chile está entre los poquísimos países –El Vaticano, El Salvador, Malta, Nicaragua, República Dominicana– que a 2016 aún mantiene la prohibición total al aborto.

Es una deuda tremenda con las mujeres. Aunque las mujeres de este país hemos avanzado, este es un tema que tiene que ver con los derechos sexuales y reproductivos. Hasta el año 1989 existía el aborto terapéutico. Cuando se termina con la dictadura también se termina con eso. Por eso la presidenta Bachelet se comprometió en su programa a legislar esta cuestión en tres causales: la inviabilidad del feto, el riesgo de la madre y la violación.

¿Con qué criterios se eligieron estas tres causales?

Creo que se eligieron estas porque son las que más se dan. En el caso de la violación, hay que recordar que en el mundo cada tres minutos se perpetra una violación a una mujer. Y a eso, hay que añadirle que nuestro país tiene una de las  tasas más altas de América Latina de violación a niñas menores de 14 años. Es una realidad que existe y de la que no podemos mantenernos al margen.

Alba Gallardo

De estas tres causales dos tienen que ver con los riesgos para la salud, para la mamá o para el feto. La tercera, pasa por un tema más ideológico, el tomar una decisión frente a la situación de violación. Usted puede hablar en primera persona de esta experiencia. En un acto de la Corporación Miles celebrado el pasado 15 de septiembre se atrevió a exponer públicamente que fue violada por su abuelo materno. ¿Cuál es la importancia de que esta causal no se caiga del proyecto de ley?

La violación a una persona es lo más fuerte que a una mujer le puede pasar. No me puedo explicar cómo a una niña la pueden obligar a tener un hijo de su violador, de su tío, porque generalmente las violaciones, y sobretodo en niñas, son de familiares, de personas cercanas.

En este sentido, creo que a la mujer se la castiga doblemente porque sufre un drama psicológico muy fuerte, y obligarla a tener una guagua de su agresor es violarla nuevamente, en términos de su dignidad como persona. La niña que es violada no denuncia porque no sabe lo qué le pasó, se echa la culpa a si misma y queda mal psicológicamente. La familia tampoco denuncia porque el hecho de que una diga que fue violada es aún demasiado fuerte. Si bien se ha trabajado mucho en el Sename, en organizaciones gubernamentales, es un tema que todavía está escondido.

¿El debate público sobre la Ley del Aborto podría empezar a romper este silencio?

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Sí. Pasó algo similar a lo que ocurrió en los inicios de los 90 con la violencia contra las mujeres. Algunos sectores decían que era una cuestión que tenía que resolverse dentro de la casa, dentro de la pareja y del ámbito privado. Otros apostábamos por hacer una política pública para eso y los años nos han dado la razón. La violencia contra las mujeres es un tema público y la sociedad es responsable de lo que le ocurre a la mujer.

Por eso no puedo entender que algunos legisladores –y me refiero a legisladores hombres– hablen tan ligeramente de la violación, con una visión muy machista y muy desde fuera.

Una mujer que se hace un aborto no va feliz a hacérselo. Va con mucha pena. Te queda una experiencia negativa para toda la vida, no lo olvidas. Los parlamentarios deberían de tener más sensibilidad en eso. Creen que si se facilita el aborto las mujeres van a salir todas a practicárselo. Es parecido a las actitudes al acoso sexual, que algunos justifican con argumentos como ‘es que andaba con una mini provocando’.

Bloqueo de la DC

Algunas de las actitudes más reticentes a la causal del violación provienen de dentro de la propia Nueva Mayoría, en concreto de la Democracia Cristiana, y podrían forzar que la aprobación en el Congreso se retrasara.

Sí, quiero hacer un llamado a la DC y, en especial, a las parlamentarias mujeres de la DC.  Los demócratacristianos firmaron un proyecto y un programa de Gobierno que incluye la Ley de Aborto Terapéutico. A mí me extraña que hoy día se desconozca parte del programa. Esas diputadas y senadoras de la DC deberían de pronunciarse, al menos en este proyecto, por un tema de solidaridad de género.

En el programa de Gobierno, todas las reformas que tienen que ver con equidad, con cambios estructurales, etc. son importantes, como la Laboral o la de gratuidad en la educación. Pero las mujeres no podemos seguir esperando, no podemos ser moneda de cambio frente a todas las reformas que existen hoy. Este proyecto ya lleva un año desde que ingresó a la Cámara y a mí me da la impresión de que pudiera ser que nos sigan teniendo esperando, como ocurrió esta semana con la Reforma Laboral.

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Las reformas que usted acaba de mencionar no se están implementando tal y como se plantearon inicialmente. En el caso de la gratuidad, se parchó con la glosa presupuestaria y en el caso de la Reforma Laboral, con la letra pequeña del reemplazo en huelga, por ejemplo. ¿Eso podría ocurrir con la Ley del Aborto si se cae la causal de violación?

Yo creo que sí van a entrar las tres causales. Vamos a tener que conversar mucho con la DC, sobretodo con los sectores más conservadores –o mejor dicho, que están en contra–.

Dentro de este sector hay figuras como Soledad Alvear, quien está llevando a cabo una dura campaña antiabortista.

A mí me extraña la campaña que hace Soledad Alvear respecto al tema. Ella fue ministra del Sernam, por eso me extraña el doble. Fue parte de esta coalición y no fue cualquiera: estuvo en un ministerio de la mujer y yo pensaba que ella había aprendido lo que es la solidaridad de género y el trabajo para las mujeres. A mí me extraña que hoy día les esté dando la espalda.

Y otra cosa que me sorprende es que ella fue presidenta de la DC y lo que hizo fue tratar por todos sus medios de tener ordenada la Concertación de ese tiempo. Sin embargo, hoy día ella tiene una postura muy reaccionaria y llama al desorden de la Nueva Mayoría. Es una incongruencia.

Creo que esto le va perjudicar en su relación con la ciudadanía. Fue una mujer con mucha popularidad y aprobación y que se haya ido tanto por el lado más de la derecha, creo que hará que no le tengan el respeto de antes.

¿Será que cumple con lo que le piden que haga desde su partido?

Sí, pasa por un tema político pero no creo que sea todo el partido de la DC, sino de su sector, un grupo de la DC. Son los sectores de Gutenberg Martínez, Soledad Alvear, Ignacio Walker, etc. Sin embargo, muchas mujeres de la DC están por la Ley del Aborto.

El apoyo de la ciudadanía a la Ley de Aborto Terapéutico en tres causales supera el 70%. La caída de esta causal, ¿podría tener un alto costo para la NM?

No se puede caer. Los parlamentarios tienen el deber de escuchar a la ciudadanía. Los ciudadanos tienen razón cuando dicen que los políticos están bien lejos y que legislan a puerta cerrada.

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Si cae esta causal, lo que habría que hacer es avisar a las mujeres que votaron a los diputados y senadores que la rechazaron de cada distrito y circunscripción para desenmascarar cómo se presentan en las campañas y cómo votan en la Cámara.

La DC presentó una indicación para incluir que, ante un caso de violación, los médicos estén obligados a denunciar sin previa autorización de la víctima. El Gobierno aceptó la indicación. ¿Qué garantías hay de que el Ejecutivo no cederá frente a la causal de violación?

Creo que el Gobierno cedió en eso para no bajar la causal de violación. Por eso estoy segura de que este proyecto va a salir. Las instituciones de mujeres vamos a estar muy atentas a cómo vota cada parlamentario en la Cámara.

Recorrido del proyecto

¿Cuál es el proceso que viene ahora para ese proyecto de ley?

Hoy el proyecto se encuentra en la Comisión de Constitución. Se debería de aprobar el próximo día 30. Después tiene que pasar al Senado y después vuelve a la Cámara de Diputados. Y allí se aprueba.

¿Pero fácilmente podría llegar a comisión mixta, en tercer trámite legislativo?

Espero que no llegue a la comisión mixta porque ahí se va a demorar más. Y lo otro, espero que la derecha no vaya al Tribunal Constitucional porque a mí me parece tremendo que cuando pierde democráticamente vaya a llamar a la puerta del TC. Espero que no pase lo mismo que con el proyecto de ley de educación.

¿Para cuándo un aborto sin causales en Chile?

Algún día eso pasará. Nadie se esperaba que íbamos a tener la ley de divorcio,  o la ley de los hijos ilegítimos, por ejemplo. La sociedad va demandando y el país ha cambiado. Claro que queremos avanzar más, pero hoy la ciudadanía ya está en una parada diferente. Las redes sociales te permiten saber cómo vota tu parlamentario, cómo ejerce el Ejecutivo su trabajo, etc. Los ciudadanos están informados y siento que esto no tiene vuelta atrás.

El Estado tiene que dar la oportunidad de decidir a las mujeres y dejar de ser ciudadanas de segunda clase. Hoy día abortan las mujeres que tienen plata. Lo que el Estado tiene que hacer es velar para que las mujeres que no la tienen aborten en mejores condiciones.

Aún nos falta mucho y además, a veces, los bloqueos vienen de gente de nuestra misma coalición. Por ejemplo, con la Ley  de Partidos que se votó esta semana en el Senado, la Comisión Especial de Probidad y Transparencia eliminó el requisito de paridad de género en la composición de los partidos políticos. Nosotros, como PS, creemos que el porcentaje tiene que ser de 60 – 40. Sin embargo, el senador Harboe (PPD) colocó la indicación de que la paridad sólo se exija en las candidaturas, en la plantilla, donde van de agregados.

En el fondo, es una cuestión de generosidad y de poner los proyectos colectivos por sobre de los individuales.

Meritxell Freixas


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