La Organización Mundial de la Salud ya lo advirtió: la obesidad está en camino a ser una pandemia. Y es que tan sólo en 2014, más de 1900 millones de adultos mayores de 18 años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones eran obesos. Es por eso que ante ese panorama, la industria de los planes dietarios se convierte en un negocio muy tentador. ¿Pero funcionan realmente?
En Estados Unidos, al menos el año pasado, el rubro manejó dos mil millones de dólares y sigue en alza. Es que en ese país, dos tercios de la población tiene sobrepeso u obesidad, el 60% de los adultos dice haber intentado seriamente bajar de peso y 29% dice estar actualmente haciendo dieta.
Advertidos de lo que viene ocurriendo, la Asociación Médica de Estados Unidos insta a los médicos a diagnosticar y tratar a las personas que sufren de sobrepeso y obesidad como lo harían con cualquier paciente con una enfermedad crónica. Pero ante la gran falta de datos concretos sobre estos planes comerciales dietarios -que muchas veces son costosos y tienen muchos usuarios- los médicos no pueden determinar cuál es más recomendable y los pacientes terminan siendo sin duda los más afectados.
La revista Annals of Internal Medicine se propuso averiguar cuáles de los planes dietarios comerciales más conocidos de Estados Unidos eran realmente eficaces, a través del análisis de los estudios que los evalúan.
«Ahora que la obesidad está bajo el lente de la medicina, esto realmente presiona a los programas comerciales a que tengan buena evidencia para probar su efectividad», dice la autora principal del estudio, la doctora Kimberly Gudzune, profesora en la Universidad Johns Hopkins. Es también un desafío para las aseguradoras médicas que deben determinar qué programas planean cubrir.
La investigación se centró en 11 planes dietarios principales -muchos acaparan a celebridades para adquirir fama- y los resultados develaron los cinco que tienen mejor evidencia para probar su efectividad. Claro que también se advierte en muchos la poca rigurosidad científica y la irresponsabilidad con que son suministrados a los usuarios. Para ello, se evaluaron más de 4 mil estudios y sólo 45 pudieron dar información concreta de los resultados de estos planes.
«Queremos que la gente experimente los beneficios de la pérdida de peso: en la presión arterial, el colesterol y azúcar en la sangre y en un menor riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes», dice Jeanne Clark, profesora de Medicina y coautora del estudio. «Esos beneficios son objetivos a largo plazo; perder peso durante tres meses, para luego recuperarlo, ha limitado los beneficios de la salud. Por eso es importante contar con estudios que analicen la pérdida de peso a los 12 meses y después».