Tras casi cincuenta días sin salir de casa, y en medio de una situación tan complicada como la crisis del coronavirus, hay quienes, cuando se permitieron las salidas por horarios, se echaron a las calles a disfrutar, por fin, de un rato de paseo. Contrariamente hay otros que encontraron más reparos, son aquellos para los que la esperada salida no resultó una idea placentera.
Estos últimos podrían estar sufriendo de lo que en el mundo de la psicología se conoce con el nombre de “El síndrome de la cabaña”. Aunque los especialistas aclaran que no se trata de una patología, se describe como un fenómeno que experimentan algunas personas: tras pasar confinados tantos días, sienten miedo por volver a salir a la calle, reseñó el portal ABC.ES.
«Cuando hablamos del «síndrome de la cabaña», nos referimos a un estado anímico, mental y emocional que se ha estudiado en personas que, tras pasar un tiempo en reclusión forzosa, han tenido dificultades para volver a su situación previa al confinamiento», explicó Sandra Isella, psicóloga del Centro Psicológico Cepsim.
Este estado es el que experimentan algunas personas estos días en los que comienza la desescalada: «Se siente miedo, incluso pánico o fobia, por volver a salir a la calle; queremos quedarnos en casa, que es un lugar en el que nos sentimos seguros», explicó el psicólogo Miguel Ángel Rizaldo.
Son varios los factores que pueden influir en que nos veamos «afectados» por este «síndrome de la cabaña». Uno de los principales es la sobreexposición que tenemos estos días a las noticias.
«Vivimos una situación a largo plazo con el minuto a minuto, lo que genera incertidumbre, una sensación que deriva en miedo con mucha facilidad», apuntó el psicólogo.
Aunque la información puede ayudarnos a conocer lo que ocurre y sentirnos mejor, también es un arma de doble filo.
La psicóloga Sheila Estévez Vallejo explicó que «nos encontramos ante un problema cuando “nos quedamos en bucle” dando vueltas a la información que nos llega», ya que así se «alimenta nuestra ansiedad».
«Debemos equilibrar la balanza para que no sea ni lo bueno ni lo malo lo que gane protagonismo, sino la objetividad para poder llevar lo mejor posible la situación a la que se refiere», apuntó la profesional.
Asimismo, es relevante destacar que, aunque se tengan allegados afectados por el Covid-19, no necesariamente se es más proclive a experimentar este miedo por la vuelta a la «normalidad».
«Este «síndrome» tiene más que ver con si sufrimos ansiedad, o incluso agorafobia», apuntó Miguel Ángel Rizaldos. En este caso, tiene más relevancia nuestra entereza y capacidad de resilencia que el haber vivido experiencias negativas durante la cuarentena relacionadas con el virus.
Aun así, la psicóloga Sandra Isella comenta que quienes han pasado por vivencias difíciles estos días, sí pueden sentir un incremento del temor por volver salir y añade que todos los argumentos que hemos asimilado para quedarnos en casa («El peligro está fuera y por ello debemos permanecer confinados») puede volverse en nuestra contra.
«Entramos de manera repentina a esta nueva manera de vivir, y concebimos nuestra casa como el lugar seguro. Ahora continúa la incertidumbre y salir a la calle supone afrontar nuevas situaciones, lo cual puede ser difícil», asegura la profesional.
El haber pasado solos la cuarentena también puede pasarnos «factura» a la hora de salir. «El confinamiento, a nivel psicológico, no es fácil y tampoco saludable. Si además de encontrarnos aislados, los hemos pasado solos, esto puede aumentar nuestra vulnerabilidad», explicó el psicólogo Miguel Ángel Rizaldos.
Esto ocurre ya que, al haber pasado tanto tiempo aislados, de alguna manera nos hemos «desacostumbrado al contacto como lo conocíamos hasta ahora».
Apunta Sheila Estévez Vallejo, se puede pensar en salir a la calle «como algo hostil»: Al tener que mantener un protocolo de “no contacto”, no podemos ser nosotros mismos (muchas veces acostumbrados a relaciones sociales en las que los besos y abrazos tienen mucho protagonismo), con lo cual elegimos quedarnos en casa como la vía de escape ante la ansiedad, o lo que es lo mismo retroalimentamos el «síndrome de la cabaña».
A la hora de salir, si sentimos ese miedo a volver a pisar la calle, ambos profesionales dan consejos. «Es normal sentir miedo, y reconocer esta emoción ya es un paso. La estamos regulando, no queremos hacer algo, pero somos capaces de enfrentarnos a ello», apuntó Miguel Ángel Rizaldos y añade: «Si hacemos frente al miedo que sentimos, lo hacemos más pequeño».
Asimismo, recuerda que no debemos forzarnos, y, si necesitamos tiempo, nuestra salida a la calle «puede ser paulatina». «El miedo nace porque nos protege, es nuestro aliado, no un enemigo», dijo el psicólogo.