La propuesta de modificación a la Ley de Caza, enviada por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) al Ministerio de Agricultura, fue devuelta con variaciones que califican como “silvestres” y “dañinos” a perros y gatos sin dueño, dejándolos en
condición de «caza» y «captura».
Como informa El Dínamo, quien accedió al documento emanado de la Subsecretaría de Agricultura, las modificaciones están firmadas por el ministro del ramo, José Galilea y Andrés Allamand, ministro de Defensa, faltando sólo la forma del titular de Economía, Juan Andrés Fontaine.
De acuerdo al periódico digital, una de las modificaciones realizadas por el Ministerio es en el artículo 6 de la norma, que declara a ciertos animales como “dañinos” y señala que “podrán ser cazados o capturados en cualquier época del año, en todo el territorio nacional y sin limitación del número de piezas o ejemplares”.
Al listado se añade el zorro chilla, el perro asilvestrado y al gato asilvestrado, los que, de acuerdo a la norma, son todos aquellos «que vivan en condición de un animal salvaje» y no, particularmente, los que rondan en zonas rurales.
Este punto es controversial, ya que facilitaría la captura, caza y potencial exterminio de perros y gatos callejeros, que no tengan collar, ni un claro dueño, lo que va en la misma línea con las órdenes de algunas municipalidades.
El tema de los perros ha sido discutido en el Congreso en diferentes ocasiones. Una de las más polémicas, fue una disposición contenida en la debatida Ley de Tenencia de Animales, donde se impulsaba la eutanasia para solucionar el problema que generan los más de dos millones de perros vagos, disposición que fue rechazada por senadores del Partido Socialista y del PPD.
Por otro lado, el SAG proponía prohibir la caza de arañas, alacranes, mariposas y libélulas, considerando la creciente explotación con fines comerciales de estas especies, lo que no fue considerado por Agricultura.
La nueva Ley de Caza, que entrará en vigencia este año, mantiene la caza por cuotas máximas y en determinados períodos del año a 36 especies, incluyendo a ratones y ciervos, aunque la idea del SAG era permitirla todo el año ya que, según sus técnicos, “destruyen el hábitat y compiten con especies nativas y endémicas como el pudú y el huemul”.
Otro de los puntos conflictivos, se relaciona con la internación de animales exóticos al país, los que podrán ingresarse a zonas donde no existan, pero de manera infertilizada. El problema es que fiscalizar su infertilidad, a nivel de aduanas y SAG, es complejo. Asimismo, la normativa no prohíbe la entrada de especies reconocidas internacionalmente como “dañinas e invasoras”.
El Ciudadano