En Californía, Estados Unidos, un video de vigilancia capturó el momento en el que un hombre fue quemado cuando su cigarrillo electrónico estalló inesperadamente en sus pantalones.
La víctima fue Mohamad Abdihdy, quien se encontraba tomando las medidas de un televisor en un depósito en Anaheim, una ciudad ubicada en el condado de Orange.
Abdihdy dijo que sintió una conmoción, y lo siguiente que supo fue que le ardía la pierna porque sus pantalones explotaron como petardos. Como resultado consiguió quemaduras en toda la pierna y sus partes íntimas, aunque decidió no acudir al hospital.
Por su parte, el gerente de la tienda, quien fue testigo del accidente, dijo que tienen suerte de que ninguna de las cajas de cartón en el almacén se incendiara. Además, aseguró que trató de ayudar al cliente cuando se percató del minincendio porque el local comenzó a oler a piel quemada.
Tanto Abdihdy como el gerente aseguraron que no volverán a usar cigarrillos electrónicos después de este incidente, que casi los mató de un susto.
Los cigarrillos electrónicos, también llamados vaporizadores electrónicos o sistemas electrónicos de administración de nicotina, son dispositivos a pila con los que se inhala un vapor que generalmente —aunque no siempre— contiene nicotina, saborizantes y otras sustancias químicas.
Su presentación puede variar y no siempre tiene forma de cigarrillo, sino también de pipa o artículos de uso diario como bolígrafos o memorias USB portátiles.
La nicotina contenida en el líquido del cigarrillo se absorbe rápidamente en la corriente sanguínea y estimula las glándulas suprarrenales para que liberen la hormona epinefrina (adrenalina), que estimula el sistema nervioso central y aumenta la presión arterial, el ritmo respiratorio y la frecuencia cardíaca.