Sufría un terrible dolor de estómago y decidió ir a urgencias. Horas después, la mujer salió estrechando entre sus propios brazos a un neonato, su propio hijo. Este sería el desenlace normal de la historia de una mujer embarazada si no fuese porque la madre del pequeño recién nacido es una monja de clausura del convento de San Severino Marche, en Italia.
La mujer dio a luz a un bebé en un parto natural que tuvo lugar en la sala ginecológica del hospital Bartolomeo Eustacchio de esta localidad transalpina. La sorpresa de los médicos llegó cuando se percataron de que estaban ayudando a dar a luz a una madre primeriza que había jurado, años atrás, castidad al Señor y fidelidad eterna y que pertenecía a la Las discípulas del Niño Jesús.
La religiosa llegó el pasado martes al hospital, acompañada de otras hermanas,acusando fuertes dolores de tripa. Tras la realización de una ecografía, los doctores desvelaron el misterio y mandaron rápidamente a la mujer a la sala de obstetricia no sin haber sufrido un pequeño momento de confusión, tal y como señalan en Ilgiornale.it. Había roto aguas y tenían que ponerse en acciónrápidamente para ayudar a dar a luz a la monja de clausura.
Días después del parto fue el propio convento quien emitió un comunicado asegurando que la monja, originiaria de Burundi, había llegado ya al convento embarazada pero «habían respetado su secreto». Al parecer había sido violada en su país pero no quiso hacerlo público porque «tenía miedo». «No vamos a añadir nada más, la apoyamos y respetamos», aseguran las monjas.
Le llamó Francisco, en honor al Papa
Esta no es la primera vez que ocurre un polémico caso del estilo en Italia ya que en enero del pasado año, una monja salvadoreña de 32 años dio a luz en el hospital de San Camillo de Lellis la localidad de Rieti a un niño de un 3,5 kilos tras confesar que no era consciente de que que estuviera embarazada. El niño fue llamado Francisco en honor al Papa.
Esta semana además ha saltado la noticia de que Don Claudio Cavallo, párraco de Borgo San Dalmazzo (Italia) ha dejado la sotana porque en marzo será padre. «Después de una larga y seria meditación, rezos, confidencias y debate con mis superiores he tomado la decisión porque todavía en la Iglesia no está aceptada la posibilidad de desarrollar el ministerio sacerdotal y al mismo tiempo llevar adelante una familia», confesó.