Los fuegos artificiales en la cama justo después de discutir con tu pareja pueden ser los mejores. Pero si lo que debería ser algo puntual se convierte en rutina (es decir, que con el sexo pretendes evitar o suavizar una tensa situación), entonces tenemos un problema. Y es que el sexo de reconciliación sienta muy bien siempre y cuando no sea el único tipo de sexo en la relación.
Y para que quede más claro, aquí tienes 5 situaciones en las que el sexo después de la tormenta puede no ser la mejor opción.
1. Cuando sigues enfadada. Si todavía estás cabreada con tu chico y acabáis en la cama, el sexo ni será íntimo ni hará que te sientas más unida a tu pareja. Porque sí, hay quien piensa que la única forma de solucionar los problemas y las situaciones tensas es con un revolcón.
Spoiler: No te engañes, eso no funciona. Ir directos al sexo puede dañar vuestra relación a largo plazo, creando una bola gigante de silencio y de sentimientos reprimidos. Así que, antes de acabar en la cama, será mejor que habléis.
2. Cuando lo utilizas para evitar una conversación pendiente. De acuerdo, a veces tratar con las emociones puede ser complicado. Pero si usas el sexo para reconectar con tu pareja sin antes resolver un problema pendiente, esa falsa sensación de intimidad puede dejarte todavía más triste o distante después de sudar en la cama. Usar el sexo como arma de distracción puede hacer que acabéis relacionando el enfado con los momentos de intimidad. Y el resultado es una montaña rusa sentimental (con gritos y náuseas incluidos).
3. Cuando tienes una visión diferente del sexo de reconciliación. Quizás tu pareja piensa que en cuanto tienen sexo hacen borrón y cuenta nueva y en cambio, tú todavía piensas que hay una conversación pendiente. Y si esa conversación no surge, es probable que acabes más enfadada. ¿Lo mejor? Dejar las cosas claras antes de pasar a la action.
4. Cuando es el único sexo que tenéis. El sexo de reconciliación puede ser súper excitante, pero no puede ser el único tipo de revolcón en vuestro CV de pareja. Así que, si lo usas como la única forma de encender la chispa, quizás es el momento de replantearse la relación. Independientemente de lo increíble que puedan ser esos fuegos artificiales en la cama, manipular argumentos para acabar entre las sábanas es un síntoma de que vuestra relación no es muy saludable, que digamos. Y piensa en esto: te quedas sin orgasmo cuando las cosas van bien, ¿y quién quiere eso?