Sencillamente porque nos dan miedo los problemas que pueda desencadenar el hecho de hablar de nuestros pensamientos más profundos. Nos aterroriza que vosotras penséis que somos unos cerdos o unos débiles, y francamente, por nuestra propia seguridad (no, no hay una respuesta correcta a la pregunta de una mujer que incluya las palabras ‘gorda’ o ‘barriga’).
Pero, por una vez, vamos a dejarles la llave para que puedan echar un vistazo al interior de ese furgón blindado. Dentro encontraran todas esas cosas sobre su chico de las que él nunca hablará (y sí: algunas les conciernen a las mujeres).
1 Me gustan las ‘cosas de chicas’: me encanta la película ‘Love Actually’, esas tiras para quitar los puntos negros de la nariz… y la piña colada. La testosterona nos previene de admitir este tipo de cosas a la mayoría de las mujeres… o si hay algún otro pene en un radio de dos kilómetros.
2 Creo que la masturbación es muy divertida: la mayoría de las veces hago duetos, pero tengo un contrato con mis hormonas que dice que también debo sacar discos en solitario.
En asuntos de cama, las mujeres suelen ofenderse si su hombre necesita practicar con su micrófono, porque piensan que ellas no les satisfacen. Pero lo cierto es que una actuación en solitario no es en absoluto un sustituto de todas esas geniales canciones que hemos grabado con las mujeres; es sólo que para solucionar problemas de agenda, a veces necesitamos ir por nuestra cuenta. Además, tocar solo acaba con el insomnio y reduce los niveles de estrés…
3 Soy egoísta: el hecho de que me resista a que adoptemos un perrito no significa que odie a los animales.
Es sólo que cuando imaginamos nuestro futuro y este incluye meter la mano en una bolsa de plástico para recoger excrementos un mínimo de dos veces al día durante los próximos doce años, solemos pensar que lo único que queremos hacer 8.760 veces en la vida es abrir una lata de cerveza (y tener un orgasmo).
4 También tengo inseguridades: Odio el aspecto de algunas partes de mi cuerpo, pero ¿crees que tengo muchas opciones?
Puede que caminemos con el pecho como el de un orangután, pero en el fondo, nuestra lista de inseguridades puede competir con la de cualquiera de ellas. Como hombres, nunca admitiremos que el pelo que nos sale en los hombros nos molesta o que nos preocupa que lo de ahí abajo funcione más como un 600 que como un torpedo. Pero nos aseguramos de poner el suficiente humor, inteligencia, dinero o millones de otras cosas en lo que podemos controlar, para compensar aquello que no podemos.
Los hombres compramos los tragos, llamamos, mandamos flores… Fuimos diseñados para la caza, y aceptamos esa responsabilidad. Pero también fuimos diseñados para cansarnos después de recorrer kilómetros por las mujeres, de luchar por captar su atención y de superar sequías eternas. Todo lo que esperamos es que de vez en cuando adopten ellas el rol de la cazadora. Así que, por favor, ¡ataquen!
6 Me encanta disfrutar de mi propio tiempo: Muchas veces, lo único que quiero es estar solo.
No para siempre y tampoco cada día, pero de vez en cuando nos apetece estar una noche con los amigos, beber cerveza y ver fútbol. Es más: no lo hacemos tan a menudo como quisiéramos porque tememos que lo tomen como una ofensa. Alejarnos momentáneamente de casa no quiere decir que no queramos construir un hogar. Darnos un par de horas de soledad a la semana es como inyectar viagra en nuestra relación. Será mejor y más duradera.
7 Te quiero: En realidad, mucho más que cuando te conocí.
La verdad es que no sé por qué no nos lo decimos más, pero da por sentado que así es. Por supuesto, adoramos a la mujer que nos ha dado los dos días más felices de nuestra vida: el de nuestra boda y el del nacimiento de nuestro hijo.