Hay muchos placeres en esta vida, de todo tipo, pero ninguno se compara al del orgasmo. Algunos lo han descrito como un momento en el que todo se olvida, un momento en el que lo que hay alrededor pasa a ser superfluo y carece de valor. Es un instante compartido o personal, pero único en el que la razón huye para así entregarse enteramente al placer y gozo. Sin embargo hay personas que no pueden experimentar este placer. Personas que viven con la ausencia del tan preciado orgasmo.
La anorgasmia, aunque pueda sonar extraño, es una de las alteraciones sexuales más comunes, sobre todo en mujeres. También se le conoce como ausencia de orgasmo y, como su nombre lo indica, consiste en la inhibición para disfrutar de un orgasmo. Es decir, es la incapacidad de tener un orgasmo como punto culminante en la relación sexual. Las personas que lo padecen tienen relaciones sexuales, pero no logran sentir el máximo placer del acto. Un placer que eleva la mente y en el que el éxtasis del momento cumbre finaliza con el orgasmo.
Es una disfunción bastante común que afecta en la mayoría de los casos a mujeres, pero que también puede afectar a hombres. Es más difícil detectar este problema en ellos porque se asume que si eyacula llega al orgasmo. La anorgasmia puede afectar a cualquier mujer u hombre. Las causas varían pero en la mayoría de los casos se trata de una inhibición producto de factores psicológicos como pueden ser traumas sexuales, depresión, ansiedad e incluso miedo y creencias o tabúes sobre el sexo y la sexualidad. De acuerdo con la escritora y sexóloga francesa Valérie Tasso, “un orgasmo no se tiene, se aprende a tenerlo, o mejor dicho, se aprende a permitirse obtenerlo”.
Esto es relevante, pues en los casos de estas personas el problema se encuentra en la mente. La presión, estrés o incluso ideas arraigadas, son las que dificultan que durante el acto sexual la persona se entregue completamente a éste. Que disfrute y se permita hacerlo para llegar al punto culminante. Esto es delicado, pero da también una esperanza pues tiene solución y es tratable.
En otros casos el problema se debe a causas orgánicas. Aunque se estima que es sólo el 5%, a diferencia del 95% que son causas psicológicas. En el caso de las orgánicas se debe a enfermedades endocrinóginas, ginecológicas, neurológicas, entre otras.
Es más común en las mujeres por la morfología del cuerpo femenino, pues hay más estructuras nerviosas y musculares. En las mujeres el rogamos va acompañado de contracciones musculares, por lo que un padecimiento fisiológico complicaría alcanzarlo. También es posible que algún fármaco o drogas inhiban el orgasmo.
Cada caso de anorgasmia es diferente y existen cinco tipos:
Anorgasmia primaria: las personas que nunca han experimentado un orgasmo sin importar si se busca a través del coito o la masturbación. En el caso de los hombres se presenta tanto en los que no pueden eyacular como en los que sí.
Anorgasmia secundaria: la padecen quienes durante un tiempo sí tenían orgasmos con normalidad, sin embargo dejaron de experimentarlos de manera sistemática.
Anorgasmia absoluta: las personas que no pueden alcanzar un orgasmo bajo ninguna circunstancia o procedimiento. No importa si se busca a través del coito, autoestimación, heteromasturbación, etc.
Anorgasmia relativa: es cuando no se puede alcanzar el orgasmo de una manera específica. Por ejemplo la imposibilidad de llegar al clímax a través del coito. (Más común en mujeres).
Anorgasmia situacional: es cuando sí se alcanza el orgasmo pero sólo bajo ciertas circunstancias determinadas. A diferencia del anterior no depende de la manera sino, como su nombre lo indica, de la situación.
La anorgasmia es tratable y en la mayoría de los casos, aproximadamente un 95%, se encuentra una solución. Lo más importante es detectar que se tiene el problema y aceptarlo para así solucionarlo. Lo más sencillo es acudir primero con un ginecólogo para ver si se trata de un problema físico. Como en la mayoría de los casos se debe a uno psicológico, acudir con un terapeuta para hablar es esencial. Entre los puntos que se tratan está el más básico que es mejorar la comunicación con la pareja. También se busca eliminar los prejuicios relacionados con la sexualidad y ciertas actitudes negativas hacia ésta y el orgasmo.
Estar dispuesto a solucionar la anorgasmia o a mejorar la sexualidad es una decisión, pero a veces se necesita de alguien más para saber cómo tratarlo. El orgasmo es importante, pero no es lo único que se debe buscar con el acto sexual, a veces esta búsqueda de manera obsesiva también puede dificultar llegar a él. Las emociones son importantes y si se sabe controlarlas será más fácil disfrutar una relación sexual madura. El problema está en, muchos casos, en la mente. Tal vez sea momento de permitirte gozar y disfrutar del placer sexual.