Desde hace unos meses se viene hablando de una peligrosa práctica sexual entre los adolescentes que al parecer surgió originariamente en Colombia pero de la que ya se han dado algunos casos en otros países de Latinoamérica, se trata del juego del muelle o la ruleta sexual.
Los jóvenes de hoy en día tienen acceso fácil y sencillo a mucha información, pero cuanto más sencillo es ese acceso más reacias son las generaciones más jóvenes a informarse y la sexualidad no es una excepción.
En los últimos años la edad de inicio en las relaciones sexuales se ha rebajado, aumentándose con ello las prácticas de riesgo. Una de ellas es precisamente el juego del muelle, que de juego tiene muy poco y conlleva graves riesgos para la salud sexual.
En este juego los chicos se sientan desnudos de cintura para abajo y tienen que mantener la erección. Varias chicas se van sentando sobre ellos forzando la penetración durante 30 segundos, pasado ese tiempo pasan al siguiente chico. Pierde el que eyacule antes.
Basta con saber de que trata este juego para entender los graves riesgos que tiene, porque no se usa protección. Es más, aunque se usaran preservativos, los mismos no servirían de nada, al ser penetradas varias jóvenes con el mismo.
Un riesgo implícito del juego del muelle es el embarazo. Es más, en el caso de adolescentes que desarrollan esta práctica, si se produce un embarazo es posible que ni siquiera se tenga claro quién es el padre.
Pero además de un embarazo no deseado se pueden contraer una gran variedad de enfermedades de transmisión sexual como el herpes, la gonorrea, la sífilis, el virus del papiloma humano e incluso el VIH. Basta con que uno de los participantes esté infectado con una ETS para que todos los participantes en la ruleta sexual contraigan la enfermedad.
En el caso de las chicas se suma un riesgo más. Aquí la penetración se produce de forma casi forzada, sin ningún tipo de estimulación anterior, por lo que no hay lubricación. Esto puede provocar vaginismo y pueden llegar a aparecer desgarros e incluso heridas.
La situación no es para tomársela a la ligera y las autoridades médicas ya han dado la alerta de que esto está ocurriendo. Como adultos, lo mejor que podemos hacer es informar a nuestros hijos de las graves consecuencias que puede tener para su salud participar en este tipo de prácticas sexuales.
De hecho, muchos especialistas declaran que las nuevas generaciones necesitan más formación en materia de ETS. Para ellos enfermedades como el VIH o la sífilis no son algo real, sino casi una leyenda urbana, cuando en realidad el riesgo de contagio de ETS es hoy en día más elevado de lo que lo era hace una década, debido al desconocimiento de los más jóvenes y a la falta de uso de preservativos en las relaciones sexuales.