Buenas noches, amigos y amigas. Tras hablar de los cuatro componentes para tener buen sexo, en este artículo profundizaremos aún más en una parte oscura, controvertida y a la vez excitante del sexo. Hablamos, por supuesto, de la dominación.
Es bien sabido el éxito que ha tenido la serie de libros “50 Sombras de Grey”, así como la película del mismo título. En este libro, el protagonista es un “amo” y la protagonista es su “sumisa”. Bien, yo no os voy a hablar de este tipo de sexo, conocido como BDSM, en el que una de las dos partes sale “humillada”, por decirlo de alguna manera, sino de un componente psicológico que hará más excitantes vuestras relaciones sexuales adoptando un rol de dominación, siempre con el consentimiento entendido de la pareja (estable o esporádica). Entendiendo esto, sólo tendréis que jugar con vuestra imaginación para proveer de variedad vuestras relaciones, y la dominación es un componente más.
Con esto no quiero decir que tengan que firmaros una autorización ni nada por el estilo sino, simplemente, jugar con la dominación como parte activa de tus relaciones sexuales y como tabú de “lo prohibido”.
Todos sabemos que lo prohibido causa excitación psicológica…y la dominación pone esto de manifiesto.
Dominación es dejarse llevar por la parte más primitiva de uno mismo…es sentir fuego en el alma y pasión en el cuerpo sin importar las consecuencias.
¿Por qué es excitante la dominación?
Para tener claro el concepto de dominación hay que remontarse al pasado.
El macho alfa era el dominante y las mujeres eran sus sumisas, por lo que éste tenía sexo cómo, cuándo y con quien le apetecía. Evidentemente, en la actualidad eso no es posible ni deseable, pero la dominación en las relaciones sexuales activa una parte instintiva muy antigua que hará de la estimulación psicológica dominante una parte imprescindible en las relaciones sexuales de calidad.
El icono más representantivo de la dominación por excelencia es el macho alfa: grande, fuerte, bruto, dominante y exigente. Coge lo que quiere cuando lo quiere. Por tanto, la dominación será el único rasgo de los cuatro nombrados donde el físico se puede traducir en estimulación psicológica. Para lograr esto, me remito al artículo que escribí de 3 ejercicios para mejorar las relaciones sexuales y el artículo de viagra natural.
Un físico fuerte y grande, así como un pene grande trasmiten muchísima dominación. Pero tengo buenas noticias para aquellos que no gocen de estatura o un físico dominante: la dominación se puede provocar de igual manera psicológicamente. Se puede transmitir mediante el comportamiento, la actitud y la aptitud y destreza que mostremos. Es hora de abandonar creencias erróneas.
Cuando estamos en la cama en pleno acto sexual las mujeres dejan de ser princesitas cuando se trata de dominación.
La dominación es sexo en estado puro, brutalidad y actuación que provocarán en la otra persona un aumento espectacular de la excitación del momento.
El papel de dominación lo tendrán predominantemente los hombres, si bien es bueno de vez en cuando igualar las condiciones de dominación e incluso ser sumisos.
Chicos y chicas, meteos esto en la cabeza: la dominación en la cama no es hacer nada malo. De hecho, estamos activando y estimulando una parte cerebral imprescindible para sentirse satisfecha, siempre entendiendo que la dominación es consentida. Todo aquello que no sea de mutuo acuerdo puede ser considerado violación o agresión.
Es totalmente NATURAL Y SANO ser dominante en la cama.
Cómo vivir la dominación
El dominante nunca pide permiso, nunca vacila. Coge lo que quiere y como lo quiere y, aunque esto a muchas mujeres les pueda parecer machista, el dominante no pide las cosas, ordena directamente. Hay que entender que esto, fuera del ámbito sexual no tiene cabida, pero en el sexo, la dominación consiste en esto mismo, en imponerte…en dejar que te inunde el sentimiento de ser fuerte, apasionado y del presente. De hacer exactamente lo que te apetece.
Para ser dominante, si ves que la chica (o el chico) se resiste de manera juguetona, imponte. Que no te importe lo que diga o haga (siempre entendiendo que el sexo es consentido). El dominante debe dirigir la interacción en la cama, por lo que el pedir permiso en este estado resta atractivo. No te comuniques ni hables con un lenguaje muy florido, no es necesario en este estado. Usa un lenguaje dominante imperativo y conéctate con tu cerebro instintivo, sin tener en cuenta los condicionamientos sociales.
Olvídate de todo lo social, lo políticamente correcto y de todo lo que no tenga que ver contigo, con ella y con el presente. Sólo existís vosotros…y las ganas de poseeros mutuamente.
¡Rompe los tabúes!
Dolor
Hay dos tipos de dolor, para entendernos lo llamaremos dolor malo y bueno. El dolor malo (estimulación desagradable física) y el dolor bueno (estimulación excitante psicológica). El dolor bueno incrementará la excitación porque forma parte de la dominación. Hay que tener cuidado de no volver el dolor desagradable, puesto que puede arruinar toda la experiencia sexual e incluso echar a perder una pareja. Por ello, hay que ser consciente de lo que estamos haciendo. El dolor introduce una variedad en las relaciones sexuales muy estimulante y, además, aumenta la excitación, siendo lo más representativo de lo prohibido. Un auténtico tabú que merece romperse.
Acorralar contra una puerta bruscamente (ojo, una puerta, no una pared. Podrías hacerle daño), mirando a los ojos y hablando entre susurros. Esto produce dominación sin dolor físico, simplemente con una estimulación mental de ser algo que no se espera y que acelera el corazón a la persona, activando su propia pasión. También rasgar alguna prenda suya al quitársela, siempre y cuando sea vieja, o tirarle del pelo (desde la raíz) para dirigir su cabeza son elementos de dominación muy grandes. Esto son sólo ejemplos, también hay otras cosas como las nalgadas, atar a la cama, coger del cuello, etc…Lo más importante es que saques al macho o la mujer dominante que llevas dentro y te dejes llevar.
No te pongas freno, tan sólo existe el límite en tu propia pasión y la de la persona que tienes delante. Follar como un animal es dar rienda suelta a nuestra dominación y disfrutar con ello.
Palabras sucias
Muchas veces, en nuestra vida cotidiana, reprimimos palabras y pensamientos que querríamos decir pero que, por querer ser políticamente correctos, nos callamos. En el sexo no debe ser así, y menos en el sexo con dominación.
Pensadlo, ¿qué os produce más placer: una mujer u hombre que está callado/a o uno/a que gime de placer cuando le apetece o incluso da rienda suelta a sus rugidos/gemidos? No tengas miedo de dejar escapar sonidos en el sexo, vuélvete un animal, deja que la sexualidad fluya por tus venas. Durante la conversación sucia, es muy importante el tono de voz y la mirada. Mira a esa persona a los ojos mientras posees su cuerpo, dejándoos llevar y tocando lo más profundo de su alma, con un tono de voz casi hipnótico y sensual. El lenguaje de posesión nos confiere dominación, por ello decir cosas como “ahora mismo vas a ser mía, sin que puedas resistirte…aunque grites, patalees…te voy a follar hasta que reventemos de cansancio”, “mi niña traviesa”, etc…provee un mayor poder de dominación, al hacer ver que esa persona te pertenece.
Este tipo de palabras sólo deben darse en la cama cuando la otra persona ya está excitada…si no, puede quedar raro y hasta forzado. La posesión es muy importante en la dominación, por ello debería formar parte del repertorio habitual de tu conversación sucia. Decirle lo cachondo que te pone o que está bajo tu control y no tiene ninguna escapatoria, suele funcionar bastante bien. De todas maneras, lo importante de la conversación sucia es la originalidad y el tono de voz. No temas a decir todas las guarradas que se te pasen por la cabeza, estás en tu momento animal…en tu momento presente.
Otras formas de dominación es obligarlo/a a tener un orgasmo contra su voluntad. Cuando veas que está a punto de llegar, decirle que se va a correr y que no puede hacer nada para evitarlo, suele incrementar la excitación. Además, al intentar reprimir el orgasmo, éste será mucho más intenso.
Por último, las posiciones sexuales también son importantes a la hora de establecer dominación. Posturas como a 4 patas, misionero, el sexo duro, con penetración profunda y fuerte, y rápido y con fuerza cuando se está llegando al orgasmo, hace que se incremente el estímulo psicológico de dominación y en consecuencia, la excitación.
Para ellas, el empujar a un chico contra la cama y subirse encima, sujetando las manos, evitando que pueda moverse y empezar a hacerle lo que quieras, suele provocar un aumento espectacular de la excitación…probablemente lo vuelvas loco ;)
Para terminar…
Para ser dominante hay que tener claro que se es un macho o mujer alfa, que puedes hacer lo que quieras a tu antojo (siempre entendiendo que el sexo es consentido), que debe haber conversación sucia y dominante y variar posturas de dominación.
Evidentemente, no hace falta hacerlo todo a la vez, sino lo que te apetezca en cada momento. Hay que tener en cuenta también que no siempre deberemos ser dominantes, que los roles se pueden (y deben) invertir y que tendremos que ir variando los elementos de la dominación para que no se vuelva algo repetitivo y monótono.
Como siempre, en el sexo, la variedad, la imaginación y tu pasión son el único límite.
El sexo es vida, ¿hay que arrepentirse por vivir? ¡¡Rompe tus tabúes!!