En líneas generales, la apetencia sexual masculina suele estar más presente en ellos que en ellas y son muchos los hombres que se preguntan cuál es el mejor momento del día para proponer a sus parejas practicar sexo o si existe alguna receta ‘mágica’ para conseguir despertar el deseo en las féminas.
Durante décadas la ciencia ha estudiado las diferencias en los comportamientos sexuales de hombres y mujeres y cómo les influyen los factores ambientales y genéticos a la hora de despertar o adormilar su libido. Y sus comprobaciones no dejan de sorprendernos.
Un reciente estudio publicado en el The Journal of Sexual Medicine acaba de demostrar que el truco para que las mujeres estén más animadas para practicar sexo no es otro que dejarlas tranquilas durante un periodo de tiempo. En concreto, durante sesenta minutos.
“Esta noche no”. Déjala descansar
Sin embargo, esta nueva investigación parece haber encontrado que no depende tanto de la calidad del descanso como de la cantidad.
Durante dos semanas analizaron el sueño de 171 mujeres y cómo la duración y calidad del mismo afectaba a sus relaciones sexuales. Para ello, se las sometió a diario a diferentes cuestionarios sobre su actividad sexual (si habían practicado algún tipo de sexo o se habían masturbado en las últimas 24 horas) y sobre cómo de placenteras y reconstituyentes habían sido las horas de descanso (número de horas que durmieron, tiempo que tardaron en conciliar el sueño, etc.).
Los investigadores encontraron que por cada hora adicional de sueño aumentaba las probabilidades de querer practicar sexo en un 14% de los casos. Es decir, aquellas mujeres que durmieron más se encontraban más apetentes para practicar sexo al día siguiente.
El viejo truco de los 5 minutitos más para remolonear en la cama, podría ser todavía más placentero –tanto en el momento de disfrute como por la consecuente activación de la libido– si se alarga durante sesenta más.
Calidad del sueño y actividad sexual
“Los investigadores descubrieron que cada hora adicional de sueño no solo aumentaba las posibilidades de mantener relaciones sexuales con su pareja, sino que en aquellas mujeres que dormían durante más tiempo además mejoraba la excitación vaginal”, explican en el Medical News Today.
Queda demostrado que dormir bien es importante para mantener una vida sexual saludable. “Los niveles de deseo, la respuesta genital y la probabilidad de la actividad sexual, están condicionadas por la duración habitual del sueño nocturno”, puntualiza el doctor David A. Kalmbach, uno de los principales autores del estudio, aunque también resaltaron que otros factores como la edad, el estrés o el momento del ciclo menstrual en el que se encontraban tenían un importante grado de influencia en la propensión a practicar o no sexo.
De estos hallazgos se extrae la idea de que la alteración del sueño puede traducirse en inapetencia sexual por parte de las mujeres y en la consecuente disminución de las relaciones de pareja. La falta de sueño causa deterioro del lóbulo frontal por lo que privarnos de las suficientes horas de descanso tiene efectos negativos que afectan a la sensibilidad en la toma de decisiones, la capacidad de razonamiento moral y a la inhibición.
Futuras investigaciones podrían beneficiarse de estos resultados y tomar un enfoque más amplio para examinar los parámetros del sueño. Además, la relación entre el insomnio y disfunción sexual puede resultar muy interesante en investigaciones clínicas posteriores.
“Los médicos pueden considerar la evaluación de los hábitos de sueño de los pacientes y los síntomas del insomnio como posibles factores que influyen en sus problemas o dificultades sexuales”, explica A. Kalmbach.
Dulces sueños… ¿Mejores despertares?
El hecho de que hayan descansado una hora más no se traduce ipso facto en que tras una buena noche de sueño se despierten con un gran apetito sexual. La investigación habla de las probabilidades de buscar sexo a lo largo del día siguiente.
Esto coincidiría con los resultados de una investigación llevada a cabo en la Universidad Estatal de Wayne en Michigan, según la cual la libido de hombres y mujeres se dispara en momentos diferentes del día. Mientras que la glándula pituitaria del cerebro masculino produce hormonas por la noche y sus niveles de testosterona se disparan a primera hora de la mañana alcanzando niveles hasta un 50% más altos que durante el resto del día, las mujeres mantienen su producción hormonal en equilibrio a lo largo del día (en parte por los estrógenos y la progesterona que ayudan a regular los niveles) y es precisamente por la noche cuando alcanzan su punto más alto de testosterona: acaba el día y aumenta el deseo de practicar sexo.
Según este nuevo estudio, para que las mujeres lleguen con ganas de sexo al final de la jornada, necesitan haber disfrutado de un descanso profundo y duradero la noche previa. He aquí una nueva forma de entender los preliminares: dejándolas dormir a pierna suelta.