El vídeo de una pareja que se grabó practicando sexo hace tres días en los probadores de Uniqlo (una tienda de ropa japonesa) en Sanlitun, una de las áreas más populares de Pekín, se ha convertido en el tema de conversación favorito de los internautas del gigante asiático. La grabación dura poco más de un minuto y se puede ver a una joven pareja manteniendo relaciones al más puro estilo porno amateur. De fondo se escucha la megafonía de la popular tienda de ropa y la localización de la misma.
Este fenómeno viral ha cumplido a rajatabla el patrón de otros casos censurados anteriormente en la red china: el video se publicaba el martes por la noche en Weibo, el Twitter chino. La disfusión del mismo lo aupó hasta los trending topicsdel servicio. Cuando las autoridades se cercioraron, el protocolo de censura se puso en funcionamiento y todo lo relacionado con la noticia fue desapareciendo poco a poco de las redes del país. Sin embargo, si se hace una búsqueda en Weibo, aún siguen apareciendo posts sobre el tema (parece que la Administración para el Ciberespacio de China, CAC, lo ha vuelto a hacer; primero prohíbe, después ve la respuesta social y finalmente retira las prohibiciones, con ciertas restricciones). Visto hoy mismo en Weibo:
La compañía japonesa, Uniqlo, a la que muchos usuarios acusaron de estar detrás del vídeo, publicaba un comunicado a las pocas horas desmarcándose: «Negamos firmemente algunos de los alegatos online que dicen que el vídeo es un truco de marketing». Para después añadir que «nos gustaría recordar al público que mantengan la moral social y usen nuestros probadores de una manera apropiada y correcta». Mientras tanto, la tienda de ropa ubicada en Salintun se ha convertido en centro de peregrinación para turistas y demás curiosos.
The Global Times, uno de los periódicos controlados por el partido comunista chino, se despachaba a gusto sobre el tema en el editorial del jueves. Bajo el titular «la cinta sexual en Uniqlo refleja la naturaleza chismosa del internet moderno», el artículo afirmaba que «los usuarios prefieren crear nuevas y extrañas expresiones y contar inesperadas y excéntricas historias. Parece que el internet chino ha entrado en la ‘era del rumor». El evento ya tiene hasta su propia página en Wikipedia (en chino), perfectamente documentada.
Las autoridades chinas han dado un toque de atención a los responsables de las grandes redes sociales del gigante asiático, Weibo y Tencent, por no actuar de manera inmediata contra la difusión del vídeo en la red. El incidente, que ha puesto muy nervioso al partido comunista, demuestra que ningún sistema de censura es infalible.
La gran mayoría de los medios internacionales han recogido la noticia. The New York Times, The Guardian, Mashable… todos los grandes anglosajones han contado la historia, haciendo hincapié más en la postura de las autoridades chinas que en la postura de la pareja protagonista del vídeo. Muchos de estos medios están publicando artículos relacionando el evento con las inquietudes sexuales de los jóvenes chinos. The Guardian publicaba el jueves titulado: «Los jóvenes chinos han hablado. Y lo que quieren es sexo».