Tanto los que van en bicicletas como los que caminan se detienen a mirarlas. Algunos se horrorizan y a otros les da igual, cuando detallan las doce esculturas metálicas del artista Antoni Miró que invadieron la Marina de Valencia, España, este fin de semana.
Para crearlas, Miró se inspiró en los dibujos de la cerámica popular griega. Con ese antecedente, recreó las obras de arte que ahora se exhiben en los antiguos muelles de la ciudad y que generan controversia por aquellos que prefieren que no se muestren ese tipo de imágenes eróticas en un lugar en el que transitan menores.
A pesar de la polémica todos se detienen a mirarlas. Foto: El País.
Los más osados disfrutan ver las figuras con penes, genitales femeninos y pechos con las que se recrean episodios de masturbación, felaciones, sexo anal o el instante que precede a la penetración.
Las autoridades reconocen el trabajo artístico de Miró. Foto: EFE.
El artista está tranquilo ante la controversia, porque la muestra cuenta con el aval de la Presidencia de la Generalitat y la Conselleria de Cultura, ya que con ella se inaugurará un nuevo espacio creativo y cultural en ese lugar el 25 de septiembre, reseñó la agencia EFE.
«Es interesante que se cree polémica sobre las imágenes del amor y el erotismo que vienen desde los griegos y de Roma. Parece como si nos preocupara más el erotismo que la corrupción o el terrorismo. Con la cantidad de cosas de las que uno se puede escandalizar en el presente, si nos escandalizamos de imágenes que reproducen los grabados de la cuna de la civilización de Grecia y la Roma Imperial, apaga y vámonos», manifestó el comisario de la exposición, Fernando Castro.
La serie se denomina «Suite Erótica». Foto: EFE.
Las esculturas fueron elaboradas en acero cortén y a través de ellas se puede ver el mar que rodea el paseo. Constituyen un pequeño adelanto de lo que será la mayor exposición del pintor y escultor que nació hace 74 años y fue sometido al ostracismo durante la época en que el Partido Popular gobernó las Administraciones valencianas. En este sentido, la muestra es una especie de desagravio, refirió El País.
Con ellas se inaugurará un nuevo espacio cultural. Foto: EFE.
Por su parte, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, explicó que la Marina tiene «libertad de acción» y el Ayuntamiento respeta su funcionamiento y no tiene nada que decir. «Para algunos puede ser discutible y para otros es una cuestión normalizada (…) figuras de este tipo abundan en museos de Italia y otros lugares y no pasa nada«, expresó.
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