La homosexualidad tenía menos tabúes en las civilizaciones antiguas

En algunas culturas se llegó a creer que la unión y el amor entre hombres los hacía más fuertes y mejores guerreros

La homosexualidad tenía menos tabúes en las civilizaciones antiguas

Autor: Isailen Piñango

Si eres de los que piensa que el mundo está evolucionado en más del 50% con respecto a la visión del sexo y sus prácticas, te contamos que en la antigüedad hubo algunas civilizaciones que disfrutaron de la homosexualidad de un modo diferente y con más permisividad.

La Antigua Grecia y el sexo griego

De esta cultura se heredó la afición por el sexo anal con el término «griego», tal como generalmente se hace referencia a esta práctica.

Además, se conoció la existencia del ejército de élite, comandado por el famoso Górgidas. Este ejército fue conocido como el “Batallón Sagrado de Tebas”. Su peculiaridad no solo radicó en convertirse en una unidad militar invencible, sino en estar compuesta por 150 parejas de soldados homosexuales.

Cada pareja estaba compuesta por un militar veterano y un joven soldado, quienes además de ser compañeros de lucha, estaban vinculados emocional y sexualmente.

Górgidas, líder del batallón, estaba seguro de que esa unión entre los combatientes tebanos haría que lo entregaran todo en el campo de batalla, tanto por el honor hacia su ejército como por el amor que sentían hacia su amante.

El Mar Mediterraneo y las bodas de semejanza

Durante la Edad Media, los países rodeados por el Mediterráneo celebraron una interesante ceremonia conocida como «Adelphopoiesis», que consistía en una unión de hermanamiento entre personas del mismo sexo -habitualmente hombres- mediante un acto de liturgia religiosa.

Estos actos de camaradería, conocidos también como «bodas de semejanza», facultaban a esa pareja a convivir bajo el mismo techo. Existe documentación de la época en la que quedaron registradas esas uniones. Algunos consideran que en realidad fueron el primer paso al matrimonio entre parejas del mismo sexo.

Los japoneses y el Shudo

La cultura japonesa guarda algunas sorpresas con respecto a los samuráis. Dentro de la disciplina y aprendizaje del aspirante a ser un valiente guerrero imperial, estaba la obligación de servir como amante de su instructor.

El período de instrucción se conocía como «Shudō», cuya traducción literal significaba “el camino del joven”.

Durante los años en los que un joven pupilo era enviado a formarse como samurái, no solo aprendía las técnicas de combate o el empleo de la katana, sino también era formado en las artes amatorias a través de la relación sexual que debía mantener con el «nenja», el samurái adulto a cargo de su enseñanza.

Lo increíble no era la relación, sino que el entrenamiento estuviese consentido tanto por el padre del pupilo como por la sociedad japonesa en general. Además, la edad en la que los jóvenes aspirantes –conocidos como «wakashū»- se iniciaban, era de los 10 a los 13 años.


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