El ser humano es un ser sexual, como toda especie tenemos un instinto de preservación intrínseco en nuestro ADN, por ello los deseos sexuales siempre van a aflorar. Claro, sobre todo somos seres racionales y podemos controlar esos instintos animales y mantener una vida social sin andar oliéndole el trasero a nuestros congéneres. Pero, diversos estudios confirman que las necesidades fisiológicas y el apetito sexual pueden hacerse evidentes en nuestro cuerpo mediante una serie de síntomas, es decir, esa broma decirle a alguien: “te hace falta”, es algo cierto.
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Existen personas que por decisión propia han optado por la castidad, y han sabido redirigir todo ese apetito sexual con ayuda de una vida espiritual y un dominio propio de mente y cuerpo, poniendo en claro que “sí se puede vivir sin sexo”, pero ¡vaya que es difícil! Y acá fuera de hacer apología al “sexo, sexo, sexo”, solo te queremos compartir cuáles son esas señales que nuestro cuerpo nos da para decirnos: “Oye, te hace falta”.
Para comenzar advertimos que los síntomas a continuación no son exclusivos a la falta de relaciones sexuales, y que se tome cada punto como una referencia, mas no como un diagnóstico.
1. Insomnio
¿Llevas días sin dormir? Pues te contamos que cuando mantenemos relaciones sexuales, segregamos una hormona conocida como oxitocina, importante para tener un sueño adecuado y placentero. Está comprobado que cuando una persona pasa mucho tiempo sin sexo puede empezar a tener dificultades para conciliar el sueño.
2. Mal humor
¿Cambios bruscos de carácter? Especialmente en el ámbito social, es una probabilidad de que el cuerpo necesita sexo. ¿Por qué? Otra vez entra a tallar la oxitocina, que es un neuromodulador en el sistema nervioso central, que regulala nuestros comportamientos sociales. Es importante saber que el sexo contribuye a tener un mejor estado de ánimo.
3. Pensar en sexo, sexo, sexo…
Si bien el deseo sexual se proyecta de a ratos en nuestra mente, cuando estos pensamientos o fantasías se convierten en algo frecuente y aparecen en diversos momentos del día, es porque el cuerpo está ansioso por tener relaciones sexuales.
4. Falta de brillo en la piel
Cuando se tienen relaciones sexuales con frecuencia, los poros de la piel se abren y liberan las impurezas que se suelen acumular y que dan lugar a las imperfecciones, mientras se activa la circulación sanguínea.
5. Antisociales
La falta de sexo puede provocar un aislamiento social. Esto se explica por la disminución en la producción de endorfinas, sustancias que ayudan a mantener el buen humor y el deseo de estar rodeados de más personas.
6. Malestares físicos
No mantener relaciones sexuales disminuye la producción de serotonina y endorfinas, las famosas hormonas de la felicidad las cuales actúan como un analgésico natural.
7. Falta de seguridad
Uno comienza a sentir cierta inseguridad en sí misma y en todo lo que hace, debido a que el sexo es una actividad que mejora la autoestima y que permite tanto al hombre como a la mujer sentirse deseados y atendidos. Al no vivir esas experiencias provoca una insatisfacción propia que puede derivar en depresión, ansiedad y dificultades para tomar decisiones acertadas.
8. Sentimiento de soledad
El sentirnos poco deseados, y esa baja autoestima de la que hablamos en el punto anterior, puede desencadenar en el tonto pensamiento de: “nadie nos quiere”, y para tratar de superar ese sentimiento de soledad podemos “meter la pata” y tomar decisiones equivocadas como el de llamar a la ex, seducir a tu amiga más cercana, buscar sexo callejero, etc. Situaciones que podrían traer consecuencias negativas.