La permanencia prolongada en el hogar para cumplir con el distanciamiento social, ha traído consigo el incremento del uso de redes sociales y plataformas digitales en todo el mundo.
Hoy en día niños y adultos pasan más tiempo frente a la computadora o el celular, que en los meses anteriores a la declaración de la pandemia.
El encierro ha tenido un gran impacto en el peligro que corren los menores de edad en la red, por los ciberdelitosque se muestran en crecimiento. Uno de ellos es el llamado grooming, uno de los más riesgosos para los menores de edad.
“El grooming es técnicamente un adulto que intenta engañar a un niño a través de la red. Implica el delito de engañar a un menor haciéndose pasar por otro menor”, indicó el director ejecutivo de ESET, José Luis López.
López recordó como ejemplo muy concreto, un caso muy sonado de grooming: el asesinato de la niña Brisa, quien en 2017, fue engañada por un mayor que la secuestró, la violó y la asesinó, luego de contactarla a través de una plataforma digital orientada a niños, informó el diario El País de Uruguay.
En las redes los impostores pueden tomar distintas identidades y el “anonimato” los convierte en un caldo de cultivo para exponer a niños y adolescentes a diferentes situaciones que pueden terminar en un abuso físico o psicológico.
En Argentina el Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires (MPT), señaló que las denuncias por casos de grooming aumentaron al 30%, mientras que la Guardia Civil de España detectó un crecimiento del 507% en el tráfico de videos pedófilos, según la información divulgada por la agencia ESET.
El especialista en ciberseguridad aseguró que muchas veces para los adultos es difícil comprender que este tipo de acciones constituyen un abuso e incluso una violación hacia los menores.
Una de las grandes limitantes es que los adultos no comprenden necesariamente el lenguaje de las redes y son los más chicos quienes tienen más acceso.
Según explicó López, “un estudio de hace algunos años indicó que, en Uruguay, cinco de cada 10 adultos tienen acceso a internet, mientras que, cuando la cifra se centra en los niños, acceden siete de cada 10”.
En este sentido, la psicóloga gestáltica especializada en niños y adolescentes, Fanny Berger, indicó que los padres no pueden pretender que los niños no utilicen internet o las redes sociales.
“Cuando yo era niña, en un día de lluvia mirábamos la tele. En un contexto en el que no se puede salir a jugar es lógico que los niños estén en las redes. El tema es qué hacen en la computadora”, explicó.
Berger sostuvo que así como los padres se interesan cuando un niño visita a un amigo o preguntan a sus hijos dónde están, deben interesarte qué hacen en la computadora. “Los padres son los adultos y tienen experiencia; tenemos experiencia de vida para guiar a los niños”, agregó.
La especialista señaló que así como en otra época era común decir a un niño que no hable o acepte caramelos de extraños si estaba solo, que mirara para los dos lados para cruzar la calle o que no la cruzara directamente, es función de los padres educar para prestar atención a las señales que pueden indicar un peligro a los menores que navegan en internet o en las redes sociales.
“Una de las tantas funciones de los padres es crear confianza en los hijos. Eso implica transmitir que en la vida hay peligros físicos y emocionales y ante una amenaza pueden consultarlo con los adultos”, remarcó.
Decálogo para niños y adolescentes sobre grooming, compartido en Argentina
- No hables con desconocidos, recuerda que es demasiado fácil crear perfiles falsos. Tampoco actives tu cámara web si no conoces a la persona.
- Si en un chat, te piden que no le cuentes a nadie sobre esas conversaciones, ¡desconfía y no sigas hablando!
- Cuida tu intimidad, si cualquier persona (conocida o desconocida), te pide imágenes desnudas o videos íntimos, no los envíes. Luego, puede extorsionarte para que le mandes más o amenazarte con publicarlo, enviárselos a tus amigos, familiares o compañeros.
- Una vez que subes un contenido a Internet, pierdes el control sobre eso y cualquiera puede acceder a él. Todo lo que hacemos en el mundo digital, impacta en el mundo físico.
- Si te piden que realices alguna actividad que te incomoda, ¡tienes derecho a decir que no! Nadie puede obligarte a hacer algo que no te gusta
- Comparte información en Internet solamente con las personas que conoces personalmente y son de tu confianza. No lo hagas con extraños, por más que te prometan regalos u otras cosas. Esa información pueden usarla para engañarte o acosarte.
- No compartas tus contraseñas, ni con amigos, ni con personas desconocidas. ¡Son la llave de acceso a tu identidad digital. Así como no le prestes a nadie la llave de tu casa, ¡la contraseña tampoco! Pueden robarte información que luego usarán para el “grooming”.
- Dedica unos minutos a configurar la privacidad de todas tus redes sociales. La privacidad es el derecho que tenemos de controlar nuestra propia información. Configura una contraseña segura o huella digital para tus dispositivos.
- Piensa ¿Qué información me gustaría que los demás puedan tener sobre mí? Aquellas cosas que te avergüencen, incomoden o sean privadas, mejor no las publiques. Piensa antes de subir algo a cualquier red social. Las personas que realizan “grooming” pueden usar información de los perfiles públicos para acosar.
- Si estás siendo víctima de “grooming”, háblalo con tu familia o docentes, así lo pueden denunciar.
(Fuente: Gobierno Argentino).