La senadora UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, concedió una entrevista a The Clinic Online en donde abordó diversos temas personales y otros de contingencia.
La gremialista habló sobre su experiencia en el Opus Dei, señalando: «Me gusta mucho el Opus Dei porque es un movimiento que te ayuda a vivir el cristianismo en la vida corriente y tú decides ser buen cristiano y eso qué significa: trabajar bien, tratar bien a la gente con la que te toca convivir, esforzarte en ser honesto y no sólo en no robar, si no que en ser honesto intelectualmente… (…) La tentación es grande… portarse bien no siempre es fácil».
Además de eso, habló de forma irónica sobre su labor como psiquiatra todos los días en la UDI e indicó: «Tengo un talonario de recetas (risas)».
Ante esto, fue consultada sobre lo que le pedían, a lo que ella respondió: «De todo, no sólo ansiolíticos, de repente antibióticos… Si yo estudié muchos años en la universidad: 7 años medicina, 3 años de posgrado, y 2 años de diplomado en Psicología Gestáltica…», y aprovechó de recordar cuando trabajó en el hospital psiquiátrico de Concepción.
Además, Van Rysselberghe confesó que ha hecho electroshock en el ejercicio de su carrera y que «el electroshock es como yo, tiene mala prensa, pero es eficiente».
«Ahora se hace con anestesia general y relajante muscular. En el primer año, cuando hice la beca, se hacían electroschock sin anestesia y era brutal, pero, en el fondo, tú induces una convulsión como epiléptica con una descarga eléctrica y eso te hace una especie de reseteo en el cerebro. Funciona y está demostrado científicamente«, agregó.
La senadora también fue consultada por temas de contingencia, por lo que se le consultó sobre la Ley de Identidad de Género, ante lo cual ella aseguró que es un problema de la mente.
«En el tema de la ley de identidad de género, yo como psiquiatra entiendo perfectamente bien que hay personas que tienen una disconformidad entre su sexo biológico y su sexo psicológico, pero el sexo biológico no es un constructo intelectual, es una realidad física. Tú no puedes decidir biológicamente qué quieres ser; eres algo. Son la OMS y la Asociación Panamericana de Psiquiatría, no yo, quienes sostienen que si una persona no es capaz de aceptar lo que es, no puede negar que tiene un problema«, indicó.
A juicio de la gremialista, «esa persona tiene un problema y hay que arreglar ese problema, pero tú no puedes decir que eso es lo corriente… O sea, si tú no eres capaz de aceptarte» para luego poner como ejemplo que «un alto tiene que ser capaz de aceptar que es alto, un bajo que es bajo». En ese sentido aseguró que la identidad de género es un problema psiquiátrico.
«Lo dice la Asociación Américana de Psiquiatría y lo denomina disforia de género. Para resolver ese problema, esa incapacidad que tiene la persona de aceptar lo que es, en ocasiones, no siempre, se realiza la adaptación del sexo biológico al sexo psicológico. Se trata de personas que lo pasan muy mal y efectivamente tienen un problema que les afecta anímica y psicológicamente, porque muchas veces son discriminados, entonces hay que facilitar esa adaptación, pero eso tiene un abismo de distancia con enseñarle a los niños con decidir qué quieren ser», agrega.
Según la parlamentaria, las tasas de suicidio en las personas trans son altas, sobre todo cuando se arrepienten de la decisión tomada. «Hay estudios del Hospital John Hoppkins, que no es un hospital confesional ni católico ni nada, que plantean que cerca del 90% de las disforias de género en niños se resuelven espontáneamente después de la maduración, después de la adolescencia, y por lo tanto, lo que se recomienda prudentemente es contener a estos niños durante todo este proceso, de manera de que si esto persiste después de la adolescencia puedan adecuar su sexo biólogico a su sexo psicológico, pero que no resulta prudente hacerlo en niños«, indica.
Finalmente, asegura que el proyecto será aprobado y que para ella «es una batalla que ya está perdida».