Una perturbadora cafetería se inauguró en Bangkok e invita a sus clientes a salir de ahí disfrutando más de la vida.
Kid Mai Death Awareness Cafe es en nombre del lugar el cual propone a los usuarios meterse en un ataúd para que así tomen conciencia de que son seres mortales.
Es por eso que entre las bebidas que ofrece, todas llevan nombres como ‘nacimiento’, ‘muerte’, ‘vejez’ o ‘sufrimiento’.
Para acceder al local hay que hacerlo por un callejón oscuro con letreros luminosos que hacen preguntas como «¿Cuál es el propósito de tu vida?».
En el centro de esta cafetería está la ‘atracción principal’: un ataúd con un epitafio en inglés que dice: «Eventually you can bring nothing» (No es necesario traer nada).
Muchas personas acceden a meterse en él y se dejan encerrar por un momento.
«Me siento como en un entierro», señala una mujer de 28 años que recupera la tranquilidad bebiendo un batido de chocolate luego de haber estado dentro del ataúd.
«Lo primero que me pasó por la cabeza fue: ‘¿Y si nadie lo abre?’. Es la duda que uno siente cuando se acerca a la muerte», confesó.
Remedio budista
El creador de esta cafetería es Veeranut Rojanaprapa, un profesor universitario de sociología y especializado en el envejecimiento de la población.
Para él, este local es una forma práctica de llevar a cabo sus investigaciones sobre la ‘concienciación de la muerte’ y niega buscar lucro, sobre todo en una ciudad en la que la competencia es muy variada.
«Nos dimos cuenta que estar concienciado de la muerte disminuye la codicia y la ira», explicó.
Para este profesor, la clave para la toma de conciencia individual es la de saber que esta vida no es para siempre, lo que lleva a curar a la sociedad de la violencia y la corrupción.
«Cuando uno adquiere conciencia de su propia muerte, entonces hace el bien. Esto es lo que nos enseña Buda», asegura.
Superar supersticiones
Según explica este sociólogo, si bien la mayoría de los tailandeses se consideran budistas, muchos de ellos lo hacen por superstición y no por hacer una reflexión profunda sobre la fe budista.
El hecho de poner un ataúd no es sólo para la conciencia de la muerte, sino que también para que -los jóvenes sobre todo- se desconecten de los celulares y se vuelvan hacia la realidad.
«Cuando los adolescentes se tumban en el ataúd y nuestros empleados lo cierran, con la oscuridad y la estrechez, adquieren conciencia de si mismos (…) de las cosas que les quedan por hacer en la vida», explica.
Esta cafetería no es la primera en llevar a cabo esta modalidad, pues un templo budista en Bangkok propone esta experiencia hace años, afirmando que purifica el alma de quienes se someten.
Cabe señalar que hay una forma de meditación que practicaban hace unos años y que consistía en que los monjes meditaban junto a un cadáver, soportando su descomposición por varios días.
Sin embargo, no para todos esta idea es agradable, y algunos vecinos ya han reclamado por esta cafetería. «Es algo muy perturbador. Se me hace raro pasar por ahí, intento no tomar más este camino», se quejó un usuario en Facebook.
Pero para su creador, estar críticas son constructivas. «Me encanta que la gente se queje, esto quiere decir que reflexionan sobre la muerte», concluye.
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