La planta de cáñamo uruguaya —variedad de cannabis de usos industriales con menos del 1% del componente psicoactivo de la marihuana— está lista para recorrer el mundo, destacó la agencia de noticias AP.
Uruguay fue el primer país en regular totalmente el cannabis, incluido el cáñamo, y aunque se tenía prevista su exportación, hasta el mes pasado no había cruzado las fronteras más que un kilo de flores de manera experimental.
Los primeros días de agosto el gobierno del liberal Luis Lacalle Pou —quien asumió en marzo— abrió la puerta a vender en el extranjero mediante decreto.
En este país suramericano hay casi 50 empresas dedicadas al cáñamo y muchas de ellas se especializan en cosechar sus flores, bajas en tetrahidrocannabinol (THC) —el componente psicoactivo del cannabis— y altas en Cannabidiol (CBD), una molécula catalogada como no psicoactiva y muy requerida en Estados Unidos, Canadá, Suiza y Reino Unido, donde se usa con fines medicinales, entre otros.
Al no ser variedades psicoactivas como la marihuana, pueden cruzar las fronteras del mundo legalmente en los países que autorizan su consumo o industrialización.
En julio, la empresa Cplant —que se está convirtiendo en líder en el mercado del CBD en Uruguay— envió media tonelada de sus flores a Suiza tras un trabajo conjunto con autoridades locales, suizas y alemanas, en una primera exportación transatlántica piloto. En septiembre esta firma tiene previsto importar 14 toneladas.
“Estimamos que a fin de año todas las empresas exportarán de 50 a 60 toneladas”, informó Sergio Vázquez, del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) a The Associated Press. En total se estima que entre 2018 y 2020 se almacenó un stock de 120 toneladas.
Un gran acontecimiento para América Latina
La semana pasada, Cplant embarcó en avión otros 2260 kilogramos y el lunes 17-A viajaron a Suiza siete toneladas más.
A finales de septiembre la compañía, que además de cosechar acondiciona la producción de terceros según protocolos fitosanitarios europeos, habrá marcado un hito para América Latina, donde la apertura del mercado está sujeta a cambios normativos que no ocurrieron en todos los países. Solo Colombia consiguió exportar 100.000 semillas de cáñamo a Estados Unidos por primera vez este año.
Cplant es una de las compañías más grandes del país no sólo por el volumen exportado que es un récord para Uruguay y la región sino porque está comercializando su producción y la de casi todas las otras empresas.
La empresa es vista como la más hábil para colocar sus productos en Suiza el país que tiene más marcas con productos de CBD registrados del mundo y una legislación permisiva.
“Vemos grandes beneficios económicos en esta industria”, dice Guido Husni, uno de los fundadores de Cplant.
El rédito “lo debe aprovechar no sólo Uruguay sino Latinoamérica, que puede producir más barato que el resto del mundo”, acotó Lucas Crivilone, otro de los fundadores, desde el campo donde procesan cáñamo a 80 kilómetros de Montevideo.
Allí, donde trabajan 35 personas todo el año y llegaron a 65 durante la cosecha, había un campo de arándanos, una producción que no consiguió abrir mercados externos.
Las casi 50 plantaciones de flores de cáñamo en todo Uruguay emplean a unas 10 personas por hectárea. La cosecha pasada se plantaron 250 hectáreas de flor en el país, informó Vázquez a la AP.
Las inversiones para este rubro están en los 20 millones de dólares y las de cannabis medicinal y recreativo, según el Instituto de Control y Regulación del Cannabis, han sido 96,3 millones de dólares desde 2013, cuando comenzó a caminar esta nueva industria.