El aprendizaje por imitación es la primera forma que tienen los niños de conocer y reproducir las conductas humanas, incluso desde cómo alimentarse hasta la manera para comunicarse.
Este proceso se da en diferentes etapas, algunas ocurren sin darnos cuenta. De pequeños, la acciones se incorporan con tan solo imitar y reproducir todo lo que hacen sus padres o los individuos que cohabitan con ellos.
Acerca de esto, un estudio acaba de demostrar que los bebés reconocen lo que dicen sus padres y saben cuándo se les está imitando.
El estudio demuestra que no sólo es un método de aprendizaje y que también les ayuda a socializar, si no que se da a partir de los primeros seis meses de vida. Y eso, al parecer les gusta y les hace acercarse y participar más en los juegos.
El trabajo lo realizó un grupo de investigadores suecos, y se llevó a cabo jugando de cuatro maneras diferentes con un grupo de bebés, imitando todos los gestos que los pequeños hacían.
Gracias a esto, los estudiosos del comportamiento humano se dieron cuenta de que los bebés reaccionaban de una manera amigable, como el primer paso para aprender roles sociales y desarrollar las capacidades.
Imitación
En los experimentos, los pequeños miraban, sonreían y mantenían su mirada durante un tiempo más prolongado, intentando acercarse a los investigadores viendo que el gesto era amigable y lo reconocían como algo “propio”.
Los investigadores dedujeron que esta imitación crea un vínculo con los bebés, ya que de esta manera captan el interés y ellos son partícipes de la acción, pues reconocen esos gestos que están viendo, a modo de espejo.
De hecho, la imitación, aunque no fuese acompañada de gestos de cariño, era muy bien recibida por los bebés y gracias a ello se ha demostrado que también pueden ir aprendiendo normas sociales, rutinas y comportamientos.
Contacto positivo
Gabriela-Alina Sauciuc, principal autora del estudio ha explicado que la imitación parece ser una buena forma de llamar la atención de los bebés, que participen más en los juegos y una manera de crear un contacto positivo entre ambos.
Por su lado, las madres de los bebés quedaron impresionadas con las reacciones cercanas de sus hijos durante el juego con una persona extraña, así como de la comprensión que mostraban los pequeños de la interacción.
Según los autores del estudio, se ha especulado mucho sobre si los bebés expuestos a la imitación tienden a aprender más sobre las reglas de interacción, las normas culturales o los sentimientos que reflejan las acciones imitadas. Sin embargo, todavía faltan muchos estudios para corroborarlo.
El proceso de aprendizaje por imitación, como se ha mencionado antes, se encuentra implicados cuatro procesos distintos:
Procesos de atención: En esta etapa el sujeto debe prestar atención a las características más relevantes de la conducta del modelo.
Procesos de retención: Consiste en la retención por parte del niño o niña de la información adquirida mediante la observación, con el objeto de después reproducir la conducta.
Procesos de reproducción motora: Para poder ejecutar la conducta aprendida, es preciso que el sujeto tenga las capacidades motoras mínimas para poder realizarla.
Procesos de motivación y de incentivo: La nueva conducta solo se refleja si el sujeto recibe el incentivo adecuado; es decir, para que la conducta se ejecute, el individuo debe tener la motivación adicional de un refuerzo, bien sea una felicitación o cualquier otra recompensa adicional.
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