En las regiones donde el acceso a internet es limitado se está recurriendo a tecnología menos actual para llegar a los estudiantes, destaca un reportaje de The New York Times.
Esa opción de educación remota también podría ser útil en los países más ricos que se han centrado en las clases en línea.
En un barrio pobre en una ladera de Lima, Perú, la jornada escolar de la niña Delia Huamani no comienza con el bullicio de los compañeros de clase, sino con el destello de un televisor.
Como las instalaciones de las escuelas están cerradas indefinidamente, ella recibe sus lecciones en casa, de la recién estrenada biblioteca de programas educativos que ese país suramericano ha producido.
Como sustituto, está lejos de ser perfecto. Delia, de 10 años, dice que sus padres no pueden pagar libros —echa de menos leer sobre animales en la biblioteca de la escuela— y no tiene a nadie que revise su trabajo.
Se apoya en su amiga Katy Bautista, de 12 años, a quien le gustaría pedirle a los presentadores de televisión que disminuyan la velocidad durante las lecciones difíciles.
“Cuando recogemos (la comida) en la olla común acá, hablamos y nos explicamos”, dijo Delia sobre Katy recientemente.
“Y a veces ella me explica y yo no le explico nada, pero ella sí me explica y por eso es buena amiga”, dijo.
Sin embargo, a pesar de todas sus limitaciones, la educación televisada tiene una enorme ventaja para Delia, Katy y muchos más de los mil millones de niños en todo el mundo que están fuera de las escuelas por la pandemia del coronavirus: puede llegar a ellos.
En los países industrialmente desarrollados, los debates sobre cómo impartir educación de forma remota se han centrado en cómo hacer que las clases en línea sean atractivas e interactivas.
Pero esa conversación es pura fantasía para muchos de los estudiantes del mundo, incluidos millones de alumnos en países ricos, que no tienen conexiones de banda ancha ni computadoras.
Después de décadas de relevancia en declive frente a una fuerte inversión en el aprendizaje por internet, la televisión educativa vuelve a experimentar un auge.
Los educadores y los gobiernos de lugares dispersos por todo el mundo, desesperados por evitar un revés a largo plazo para toda una generación de niños, recurren a tecnología más antigua.
Y están recurriendo al encanto y el glamur de los actores y presentadores de noticias conocidos localmente, así como a los maestros, para tratar de mantener la atención de los estudiantes desde el preescolar hasta la secundaria.
Dicen que prestan atención a la lección fundamental de la era de YouTube: cuanto más corto y llamativo, mejor.
“Idealmente, uno tendría computadoras portátiles y todas estas cosas súper sofisticadas en casa”, dijo Raissa Fabregas, profesora de economía y asuntos públicos en la Universidad de Texas en Austin, quien ha estudiado la televisión educativa en México. “Pero si no los tienes, esto es mejor que nada”.
Los expertos dicen que si bien las lecciones de televisión no son tan valiosas como interactuar con maestros y otros estudiantes en línea, las transmisiones educativas pagan dividendos por el progreso académico de los niños, su éxito en el mercado laboral e, incluso, su desarrollo social.
Para hacer que las lecciones sean menos pasivas y más efectivas, muchas de las que se transmiten ahora usan todas las herramientas de los estudios profesionales: platós agradables a la vista, guionistas, animaciones 3D, tomas con varias cámaras, gráficos e incluso aplicaciones para teléfonos inteligentes.
En Estados Unidos, donde la educación varía mucho porque se maneja a nivel local, algunos lugares han prestado poca atención al desarrollo del aprendizaje a distancia y se han centrado en cambio en un esfuerzo infructuoso para reabrir escuelas.
Otros han trabajado duro para desarrollar programas ambiciosos en línea. Pero eso es inútil para los cuatro millones de escolares que no tienen acceso a internet en casa, una dificultad especialmente prevalente entre los estudiantes negros, latinos e indígenas.
La televisión promete ser un complemento de bajo costo para la educación en línea y un sustento para estudiantes con pocos recursos.