Espiar las redes sociales de tu pareja o de la persona que te gusta
Ay las malditas redes sociales, que desde que llegaron a nuestras vidas no hacen más que darnos disgustos. Porque sí, puedes decir que nos ayudan a estar en contacto con la gente que tenemos lejos y a reencontrarnos con viejos amigos… Pero lo demás son todo quebraderos de cabeza.
Y es que, teniendo a la persona que te gusta localizada en Facebook, Twitter, Instagram y todas las redes sociales habidas y por haber, es muy pero que muy difícil no caer en la tentación de mirar cuáles son las últimas fotos que ha subido y, sobre todo, la compañía en la que aparece (para torturarnos un poquito)
Pero es que con las parejas sucede algo parecido…. Vamos, ¡ideal para personas celosas!
Hablar solos en voz alta
Que levante la mano quien no haya hablado en voz alta consigo mismo alguna vez… ¿A que no la ha levantado nadie, verdad? Pues eso será por algo… Porque hablar solos, por extraño que suene, lo hace absolutamente todo el mundo.
No sabemos exactamente por qué lo hacemos, si es porque nos gusta oír nuestra voz o porque escuchándonos ordenamos mejor todos esos pensamientos que tenemos hechos un lío en nuestra cabezita… El caso es que a todos nos encanta mantener larguísimas e interesantes conversaciones con nosotros mismos. El problema viene cuando alguien nos pilla ‘in fraganti’ y terminamos rojos como un tomate.
Ver telebasura
Lo cierto es que existen unas poquitas personas que se atreven a reconocer abiertamente que se tragan toda la telebasura que emiten, porque al llegar a casa solo les apetece desconectar. ¡Pues un aplauso para ellos! Porque vale que este tipo de televisión no es lo más recomendable ni nos va a aportar nada, pero al menos lo reconocen.
Sin embargo, la gran mayoría de la gente te pone cara de espanto cuando algún reality show aparece en una conversación. “¿Gran Hermano? ¿Qué es eso? Yo nunca veo la tele…” Mentira, y además de las grandes. Absolutamente todo el mundo ha visto alguna vez el famoso programa de Kike Morandé, o se ha quedado enganchado al sapo del Tío Emilio un viernes por la noche que no tenía planes.
Mirar la última hora de conexión de la gente en Whatsapp
Sí, sí, no pongas cara de extrañad@, porque tú también lo has hecho. Y eso no lo puedes negar. ¿O es que no te cargó cuando la gente se empezó a quitar la última hora de conexión de Whatsapp? Pues eso… Que la gente se indignó con este tema como si les fuese la vida en ello.
Y es que, nos cuesta reconocerlo, pero todo el mundo se mosquea cuando pasa un rato considerable y el destinatario de su mensaje no se ha dignado a contestar… Porque, ¿qué será eso tan importante que tiene que hacer para no responder?
Tirarte un pedo cuando crees que nadie te ve
Mira que hay cosas que nos da vergüenza reconocer, pero lo de admitir que se nos ha escapado un pedo en público sin duda se lleva la palma. “¿Yo? Jamás haría eso…” decimos con cara de espanto cuando estamos con más gente y el mal olor se empieza a apoderar del ambiente.
Y es que, aunque esta es una situación embarazosa por la que hemos pasado todos ya sea en clase, en un ascensor o en una cena con amigos… (que le vamos a hacer, no somos perfectos) en ese momento no lo reconoceríamos ni por encima de nuestro cadáver.
…o sacarte un moco
Ya que estamos escatológicos, aprovechamos para hablar también de los mocos. Y es que todo el mundo ha sentido la necesidad de hurgarse la nariz en algún momento porque había ‘algo’ ahí que nos resultaba especialmente molesto… El problema estaría solucionado si fuésemos personas precavidas que siempre van con un paquete de pañuelos desechables encima por si las moscas. Pero como en muchas ocasiones ese no es el caso, pasa lo que pasa.
El caso es que ante esta situación necesitamos actuar de urgencia, así que si vamos solos por la calle aprovechamos cuando creemos que nadie nos está mirando para deshacernos del problema. Y si estamos acompañados…pues mala suerte. ¡Porque esto es algo que jamás admitiremos hacer!
Escuchar música que juramos odiar
Y llegamos a un punto polémico, que genera casi tantas discusiones como el de la telebasura. Normalmente todos nos ponemos muy serios cuando nos preguntan acerca de nuestros gustos musicales, y sacamos pecho diciendo “yo nunca escucho tal estilo” o “ese grupo que está tan de moda me parece que está sobrevalorado”. Después de ese discursito nos quedamos tan satisfechos y nos vamos, nunca mejor dicho, con la música a otra parte.
Pero la cosa cambia cuando llega el sábado por la noche y estamos en una discoteca, copa en mano. Ahí, los que presumían de no escuchar nunca jamás reggaetón, ‘lo dan todo’ bailando la última de Juan Magán.
Borrar una foto que has subido a Instagram si tiene pocos ‘Likes’
Esto es algo que no vas a reconocer nunca, ¿verdad? Ni en caso de que alguien te pille con las manos en la masa, porque ahí vas a poner cara de no entender nada y vas a decir que la publicación ha desaparecido por error. Pero en el fondo, todos lo hemos hecho alguna vez, porque nos duele un poquito en nuestro ego.
Por cierto, algo parecido ocurre cuando crees que acabas de escribir el tuit más ingenioso que se te ha ocurrido en la vida, pero en lugar de una avalancha de retuits recibes un triste favorito.
Sentirte como parte de un videoclip mientras cantas/bailas delante del espejo
¿Por qué nos da vergüenza reconocer esto? ¡Con lo divertido que es! Suena muy a escena de película eso de plantarse delante del espejo mientras suena la música a tope y bailamos como si no hubiese mañana coreografías imposibles. Pero lo cierto es que en la vida real todos, sin excepción, lo hemos hecho alguna vez.
Eso sí, sobra decir que solo nos ponemos en plan cantarín o bailongo, ya sea cuando estamos arreglándonos o mientras limpiamos, si estamos solos en casa. Porque si no, ¡que plancha!
Ponernos ‘panzones’ comiendo chocolate cuando (en teoría) estamos a dieta
Esta historia te suena ? Ya sabes, oficialmente estás a dieta porque quieres lucir un cuerpazo cuando llegue el verano, o porque dentro de dos meses tienes que ir a un matrimonio y no quieres llevarte un disgusto al ver que no puedes abrocharte la camisa o que el cierre del vestido no sube.
Pero recuerda que esta es solo la versión oficial… Es decir, que si quedamos para comer con alguien nos pediremos una ensalada, pero en cuanto llegamos a casa y nos tiramos en el sillón a ver la tele nos pondremos panzones comiendo chocolate y helado.