Antes de llamarle la atención a tu hijo por alguna mala actitud o comportamiento, debes tener la capacidad de utilizar un lenguaje muy cuidadoso y no soltar frases que puedan marcarle la vida en adelante y lastimarlo. Si sientes el impulso de ofenderlo, mejor respira profundo, cuenta hasta diez y deja la charla pendiente para otro momento.
Lo peor que puedes hacer es utilizar frases calificativas como: ‘Eres un tonto’, ‘siempre haces las cosas mal’, o compararlo y decirle ‘por qué no eres como tu hermano’ o ‘no llores, eres un varón”, explica la psicóloga Susana Sáenz.
Una importante recomendación que da Alexis Olivares, psicólogo especialista en niños, es que cuando tengas que resaltar un hecho con el que no estás de acuerdo y del que tu hijo es autor, enfoques la reprimenda a la actitud y no al niño en sí. “Por ejemplo, puedes decirle: ‘Por andar jugando derramaste la leche sobre la sábana’, y nunca usar frases como: ‘Eres un torpe, mojaste la cama por ser tan distraído’. Esto lo marcaría como un ser torpe, y no es lo que quieres, sino más bien ayudarlo a mejorar su actitud y sus acciones”.
Sáenz coincide con Olivares al señalar que se debe hacer énfasis en el comportamiento demostrado en cada caso. “Si, por ejemplo, tu hijo no hizo la tarea, dile: ‘Tú eres un niño muy capaz y me sorprende que no hayas acabado la tarea’. El discurso debe ser positivo y evitar mencionar palabras negativas como: ‘Eres muy flojo e irresponsable, por eso no avanzaste en la tarea’.
Desde ese punto de vista, trata de partir siempre de sus cualidades para llamarle la atención: ‘Si siempre eres tan cariñoso, no entiendo por qué te enojaste tanto’, así tu pequeño valorará lo que en realidad es como persona y reconocerá que cierta actitud no es propia de él.
Éstas son algunas frases que los papás jamás deberían mencionar a sus hijos para no herirlos o causarles un conflicto de comportamiento o personalidad.
1. ‘Sólo me das disgustos’. Al escuchar esto, tu hijo sentirá que es una carga o estorbo para ti y que en lugar de hacerte feliz te hace infeliz. Es una manera de decirle que no lo quieres, lo que hace que se sienta triste, rechazado y desamor. Trata de explicarle mejor que no se está comportando de la manera adecuada y que eso te está molestando.
2. ‘Te voy a castigar’. De vez en cuando, esta llamada de atención funciona bien, pero si no cumples con la advertencia, esto tendrá un efecto negativo en el niño. Nunca le digas que tomarás medidas si no estás dispuesto a cumplirlas. En lugar de amenazar, sobre todo a los más pequeños, que tienden a repetir las travesuras independientemente del castigo que les des, es mejor alejarlos de la situación y llamar su atención hacia otra actividad. Si el niño es más grande, aplica la sanción que le pusiste pero explicándole por qué lo haces.
3. ‘Por qué no eres como tu hermano’. No lo compares con ninguno de tus otros hijos, comprende que cada niño es muy diferente al otro y no por eso uno tiene que ser malo. Dale la oportunidad de ser auténtico. No tiene que ser la copia de sus hermanos, ni del más educado ni del más estudioso.
4. ‘Deja de fastidiar’. Establecer reglas y horarios para dedicarle tiempo de calidad a tu niño es una excelente idea. Así no tendrás que decirle siempre que se te acerque que “deje de molestar”, porque cada vez que él oiga de ti esa oración, lo más seguro es que se forme la idea de que nunca tienes tiempo para él y que no vale la pena acercarse porque lo haces a un lado. Explícale que en ese momento estás ocupada, pero que más adelante le dedicarás un rato a jugar con él.
5. ‘Le diré a tu padre’. Esta frase parece ser una de las favoritas de las mamás porque les permite desentenderse del problema. Tiene varias desventajas: disminuye la autoridad de la madre, que delega la responsabilidad en el papá, otorga un rol negativo al padre y los hijos acaban por sentir miedo del momento en que el progenitor llegue a casa.
6. ‘No llores, eres un hombrecito’. Lo único que se logra es que los niños entiendan que llorar está mal o que las emociones son algo vergonzoso que deben esconderse; a la larga esto puede traer problemas de emociones reprimidas. Además, pones lo masculino como un valor y lo femenino como un defecto relacionado con la debilidad. Mejor usa frases como: ‘Sé que estás triste porque te regañé; para evitarlo, la próxima vez intenta comportarte mejor’.
7. ‘Eres un tonto’. Esta frase se presta para asignarle etiquetas negativas a tu niño: ‘Eres torpe’, ‘eres insoportable’, entre otras. Aunque tu intención no sea dañarlo, estás dándole una cualidad que no es real, sino únicamente fruto de un colerón momentáneo. Dile frases como: ‘En este momento te estás comportando mal’, así no lo etiquetas, pero le haces ver que su actitud no es la adecuada.
8. ‘Puedes hacerlo mejor’. Aunque parece ser una manera de infundirles ánimo para cumplir un objetivo, también puede resultar contraproducente y hacerle sentir que por más que ponga todo de sí las cosas no salen bien. Él puede quedarse con esa idea y mermar la confianza en sí mismo.
9. ‘Apúrate’. Trata de mantener la calma y organízate mejor. Levántate una hora más temprano para que el tiempo te alcance o deja las cosas listas para el siguiente día. Decirle siempre “apúrate”, cuando quien lleva retraso eres tú, lo estresa y terminará sintiéndose tan o más presionado que tú.
10. ‘Bien hecho’. Un elogio siempre es bueno, pensarás. Sí y no. Es bueno en el momento y el contexto adecuado. Decirlo en situaciones ambiguas no sirve de mucho, y repetirlo por cualquier cosa pierde su significado. Por eso es mejor elogiar los logros que requieren un esfuerzo real. Y jamás uses esa frase cuando le pase algo malo.